El concepto trabajo surge con la esclavitud, la opresión y la explotación de las personas humanas. Nosotros lo que hacemos es faenar, hacer faenas para vestir y adornar la tierra cultivandola, haciendola florecer y fructificándo la vida.
En nuestra comunidad, el rígido horario de trabajo bajo reloj y control de supervisores, no existe. Todo tiene su ritmo y su manera, dependiendo de las circunstancias que se hacen presentes: Clima, familia, salud, e incluso estado de ánimo. Debe haber balance entre quienes tomamos parte en las labores, sean estas de aporque, siembra, regadío, barbecho, cosechas; ya sea en las minkas, de las familias; o también en las mitas o “faenas comunales”. Todo se hace de común acuerdo y buscando la armonía entre todos los que intervienen en la acción, sean las personas humanas, los animales, las plantas, las aves, el agua, los minerales, los vientos, las lluvias.
Una de las grandes mentiras de los invasores fue usar nuestro nombre de “Mita”, para señalar el sistema de trabajo obligatorio que impusieron sobre nosotros de forma cruel y brutal. “Para servir a Dios, al Rey y la patria”, nos esclavizaron hasta la muerte en minas y obrajes. Asi como fueron capaces de ejecutar los mas horrendos crímenes de lesa humanidad “en el nombre de Dios”, ejecutaron la esclavitud en contra de nuestros ancestros en nombre de la “Mita”. Todas las teorías que pretenden caracterizar nuestra historia prehispánica, sostienen que en el tiempo de los Inkas había esclavitud porque se practicaba la “Mita”.
Pero, la Mita ancestral, no era el trabajo esclavizado, sino todo lo contrario: fué la mas grande capacidad de emprendimiento colectivo en la faena para vestir la pachamama, para crear los ambientes adecuados y necesarios que hicieran posible la fructificación de la vida de nuestras colectividades. En la actualidad, una expresión minima de las labores de mita que sobrevive se puede ver y experimentar en las llamadas “faenas comunales”.
Las grandes maravillas de arquitectura e ingeniería que la humanidad admira en Machu Picchu, saqsayhuaman, Tipón, y tantísimas wakas que nos están mostrando este espíritu de fructificación de vida, son prueba contundente de que la Mita es faena colectiva, de beneficio general, espíritu colectivo que viste a la Pachamama haciendo la vida mas bonita.
Cuando los primeros cronistas españoles escucharon nuestros relatos de cómo vivíamos y la forma de relacionarnos con la naturaleza, que nuestros ayllus eran como un gran telar que va haciendo cintas y entrelazándose permanentemente, que nuestra familia no solo son nuestros padres e hijos, sino además las chacras, el ganado, los cerros, el río, el aire, en fin todo lo que nos rodea, no entendieron que nuestra sociedad la habíamos organizado en base a la armonía cósmica y el respeto a todos los seres materiales e inmateriales que habitaban en la pachamama.
Cuando escucharon que las aves al igual que todos los demás animales hablaban, que el río podía reír, llorar, que incluso los alimentos hablaban y que sus almas se les podía ver en los caminos como si fueran niños ya que el hombre los trataba con respeto y con cariño, creyeron que eran fantasías exageradas, carentes de sentido que reflejaban el salvajismo y nuestro atraso cultural. Aunque no podemos dejar de reconocer que muchos de estos hombres que llegaron con la conquista carecían de cultura y difícilmente habrían podido entender la sutileza y refinamiento de nuestra cultura.
Nos catalogaron de herejes, sacrílegos, brujos, etc., ya que a esa conclusión llegaban después de escuchar tan fabulosas narraciones. Algunas míticas y otras que hablaban del diario vivir.
¿ Cómo pueden los animales hablar con la gente ?... ¡Eso es cosa de brujería!
Sin embargo no se detenían a reflexionar que en el génesis del Antiguo Testamento, se narraba que la serpiente, que en ese entonces caminaba erguida, le había dicho a Adán, que comiera del fruto del árbol del conocimiento y este le había hecho caso.
En otro relato bíblico se dice que Moisés en la montaña escuchó una voz que le hablaba e indicaba lo que debía hacer para que su pueblo fuera por el buen camino.
Si bien nuestra narraciones sorprendían y espantaban a los clérigos españoles, no sucedía lo mismo con nosotros cuando escuchábamos las suyas.
Nosotros entendemos que allí descansan, reposan, las almas de nuestros abuelos, que nos cuidan, aconsejan y protegen.
Episodios como los mencionados nos hacían ver que si bien su religión era distinta a nuestro entender, que tenían un Dios de dolor, que se atrevían a mostrarlo casi desnudo, sangrando, sufriendo y otras tantas barbaridades como que se comían su cuerpo y bebían su sangre, muchos de sus planteamientos -sobre todo del Antiguo Testamento- podíamos entenderlos yconsiderar que eran válidos.
Si el Gran Hacedor del Universo había creado hombres rojos, blancos, negros, amarillos y cobrizos, pudo haberles dado diferentes formas de relacionarse con él siempre que ello no alterase el equilibrio cósmico y su armonía. Finalmente todos éramos sus hijos y recibíamos su energía.
Evidentemente en ese momento se dio un grave conflicto intercultural, donde el español menosprecio nuestra cultura, trató de imponer la suya y borrar todo vestigio de cultura andina.
Los siglos transcurrieron y este conflicto generó un sincretismo cultural que nos permitió conservar nuestra identidad y conocimiento, pero disfrazándolo, mimetizándolo con elementos propios de la cultura europea.
El problema ha radicado en que para ellos la historia y la ciencia deben estar basados en hechos objetivos y además demostrables, aunque no puedan demostrar las afirmaciones bíblicas. Su obsesión por la objetividad es tal que terminan reduciendo y convirtiendo todo a objetos. Por lo tanto carentes de vida.
Nuestras narraciones hablaban de sucesos en los que intervenían todos los seres: hombres, animales, plantas, etc. Donde cada quien contaba lo suyo, como lo había visto y vivido, para finalmente enlazarnos y ayudarnos entre todos.
Y estas eran similares a las antiguas fábulas europeas, donde se mencionan duendes, hadas del lago, animales que hablan, en las cuales se encuentra narrada la verdadera historia de Europa, pero que no pueden reconocer ya que lamentablemente han perdido sus raíces, han roto con su pasado y creen que la historia solo la han hecho ellos.
No entienden que nuestras narraciones y la forma que tenemos de ver la vida, es similar a la que ellos tuvieron en un remoto pasado y que pudo haber sido rota por una catástrofe, invasiones o conflictos.
El científico moderno, esboza una sonrisa, cuando ve que un indio se pone triste y preocupado por un eclipse y si bien no se burlará, sentirá que éste aún conserva ciertas creencias que no deberían existir en el siglo XXI, con la tecnología, globalización y comunicación existente.
Pero el indio no se ríe ni burla cuando ve el pánico y caos total que les provoca la caída de la Bolsa De Valores o del dólar.
Nosotros nos ponemos tristes porque recordamos, gracias a nuestra memoria genética, lo que sucedió en un remoto pasado, cuando después de un eclipse total del sol, todo se apagó y las montañas se levantaron.
Al final de ese interminable día, los Aymaras y otros pocos pueblos, logramos sobrevivir.
La tristeza y pena que nos da es grande, pues afectó toda la vida del planeta y la culpa no fue nuestra. Es probable que la catástrofe en Europa fuera tan descomunal que destruyera todo, quedaran solo unos pocos hombres aislados y, que perdieran su pasado y sabiduría.
Que caiga la bolsa de valores, el dólar o que se produzca un quiebre financiero no es algo que pueda preocuparnos, ponernos tristes, temer una catástrofe. El eclipse ... si!
Los pueblos originarios de nuestra selva y el ande, los pieles rojas, mayas y mapuches en nuestro continente, al igual que indues, tibetanos y otros, son poseedores de una antigua cultura que es ciencia y podemos no haberla conservado intacta, que aún esta latente y viva.
Somos portadores de una memoria antigua. En ella nos sumergimos, en ella nos refrescamos y de ella volvemos a salir limpios, lo cual nos hace comprender que estamos vivos, que nuestro pasado no desapareció, que sigue vivo y nuestro futuro también.
Que pasado, presente y futuro permanecen enlazados y emanan vida.
Distinto es el caso de la cultura que nos impusieron, que le reconocen 2000 años de antigüedad y sus exponentes más osados 5000 años, ya que con esos fechados solo consiguen negar las raíces que los engendró, reduciendo impresionantemente su memoria cultural e historia, negándose inexorablemente a ella misma y vetando sus posibilidades de conocer la armonía y belleza de la vida.
Es evidente que en tantos siglos de primacía cultural, han aprendido a utilizar el lenguaje y las palabras y lograr que se entienda lo que ellos quieren decir, mas no el significado real de esas palabras, su valor etimológico, lo cual forma parte del aculturamiento: provenir de una cultura, pero solo conservar su aspecto formal y no la esencia de ella.
Por ejemplo, ellos hablan de CREAR, y nosotros, los pueblos originarios decimos ENGENDRAR. Parece igual pero el contenido es distinto.
Su idea implica desarrollo. Nacer, crecer y morir, que al final todo se acaba. Nosotros creemos que no es así, que la vida no se acaba. Es vida.
Que se transforma y cambia pero no muere. Por eso le damos un nombre a cada uno de esos cambios, es vida que cambia, crece y se desarrolla.
Hoy son varios los países que hablan de la necesidad de desarrollar una educación intercultural, pero nos preguntamos ¿Cuál?... ¿Cómo?... ¿Para qué?
En nuestro país, en los 2 últimos años hemos escuchado hablar del mundo andino, de su milenaria cultura y alto grado de desarrollo alcanzado, incluso el Presidente de la República juramentó al cargo en el Cusco, pero hoy la preocupación del Gobierno es este aspecto, esta centrada en la amazonía.
No quiere decir ?a nuestro entender? que nuestros hermanos de la selva sean superiores o inferiores a los del Ande, pero no se puede negar que los andinos hemos abierto un espacio por donde dejamos oír nuestra voz, que nos levantamos contra la opresión colonial, que nuestros montoneros pusieron la cuota de dignidad en la Guerra del Pacífico y últimamente, convertidas en rondas campesinas, vencimos la subversión y el terror político.
¿Será que a eso le tienen miedo?....¿Les genera desconfianza? Y pretenden mostrar al mundo solo la indianidad de nuestro hermanos de la selva.
Al hablar de Interculturalidad es necesario reconocer que las culturas que se van a encontrar, tienen la misma fuerza y el mismo valor: la moderna y la india.
Si solo se va a pretender enseñar a los niños de los pueblos originarios las ideas occidentales en nuestras lenguas maternas, es un grave error, que esta condenado al fracaso.
Es cierto que nos va a causar daño, pero si hemos sobrevivido a un permanente y sistemático aculturamiento, estamos seguros que no podrán cambiar nuestra manera de pensar y ver el mundo.
No se trata de eso y tampoco lo queremos, pero si van a hablarnos de Interculturalidad, lo primero que deben hacer es acercarse a nuestra cultura, verla desde nuestros ojos, aprender a respetarla y luego mostrarnos la suya, que pueden estar seguros, no tendremos el menor temor en aceptar lo positivo de ella, a fin de continuar haciendo vida... como siempre lo hemos hecho.
Este es un desagravio al gran Amauta por los maltratos inferidos al mezquinársele el merecido reconocimiento por los 100 años de su natalicio. No solo se le negó llamar al 2011 “Año del Centenario del Nacimiento de José María Arguedas”, sino también la denominación alternativa “Año del Perú de Todas las Sangres”, con el que estaba de acuerdo incluso Mario Vargas Llosa, su gran detractor.
Acaso debemos agradecer esta torpeza oficial, pues un importante número de gobiernos regionales y municipales, así como instituciones gremiales, académicas e intelectuales, le han dado a Arguedas la gratitud que el sectarismo ideológico y político le regateó.
Vigencia de Arguedas
El reconocimiento del Arguedas novelista, narrador, poeta, etnólogo, antropólogo, educador, traductor y lingüista quechua, recopilador-estudioso-promotor-periodista-defensor del folklore peruano, no solo tiene plena vigencia hoy, sino que, a cuarenta y dos años de su ausencia física, va ampliándose y profundizándose en sectores de intelectuales y artistas de todas las expresiones, así como entre maestros, estudiantes, obreros, campesinos e indígenas de todos los confines del Perú.
Sería muy largo enumerar las canciones campesinas en diferentes géneros andinos y en quechua; los festivales de arte y actividades culturales; los concursos de música, narrativa, poesía y ensayo realizados en su nombre en escuelas e institutos pedagógicos, así como las adaptaciones teatrales y traducciones de sus obras al quechua para su amplia difusión en ámbitos rurales.
La comunidad de Apongo (Ayacucho) le puso el nombre de José María Arguedas al bosque comunal plantado el 18 de enero de 1981. Andahuaylas, su tierra natal, organiza desde hace diez años un Festival de Todas las Artes que congrega no solo a poetas, músicos, cantantes, danzantes, pintores y teatristas de Cusco, Apurímac, Lima, Junín, Ica, etcétera, sino también a miles de alumnos de todos los niveles y a centenares de artistas de comunidades rurales.
Son incontables los círculos culturales, académicos, estudiantiles, gremios magisteriales y entidades artísticas de todo el Perú que enarbolan el nombre y ejemplo de Arguedas como símbolo de su trabajo. La lectura, discusión y difusión de su obra literaria, etnológica y cultural se amplía cada vez más. Posiblemente no haya autor que, con el correr de los años, gane más adeptos en todos los sectores sociales, en todas las edades y en mayores ámbitos.
La razón evidente es que la mayoría de peruanos se ve reflejada en sus obras literarias, sobre todo los indígenas, cholos, mestizos y migrantes que habitan los barrios populares de las grandes ciudades de costa y sierra.
Y no es solo porque se identifican con el lenguaje, las virtudes, defectos y peripecias de sus personajes, el paisaje, los mitos y leyendas, las canciones, música y danzas, los rituales, las razones y forma de sus luchas, sino además porque expresan también sus sueños y esperanzas.
Ningún autor ha contribuido tanto como Arguedas al conocimiento profundo de nuestro ser individual y colectivo, a la forja de nuestra identidad, a la constatación de nuestra múltiple diversidad social, cultural y lingüística.
Entre todos los factores que conforman nuestra compleja y rica personalidad, ocupan un lugar especial el canto, la música y la danza. Y, dentro de estas manifestaciones, el wayno, tanto indio como mestizo, el tradicional como el de autor conocido, en quechua y castellano.
Proyección de Arguedas
A contrapelo del esmerado reproche de Vargas Llosa en su Utopía arcaica..., Arguedas no es “un pasadista a ultranza” que “le inventó virtudes al indio torpe, ignorante y anclado en la edad de piedra”, que “atribuyó belleza a una música, canto y danza primitivos”, y “fabricó en su imaginación febril una sabia cultura allí donde solo había un cúmulo de supersticiones”. Tampoco es “un mal literato y peor científico social que preconiza el pesimismo y la derrota de las masas campesinas”, como algunos científicos sociales le enrostraran, cuya soberbia y miopía no se modificó en casi medio siglo. Mucho menos fue “un nacionalista recalcitrante, potencial neonazi, enemigo del internacionalismo proletario”, como lo calificaron trece años después de su muerte quienes emprendieron explícitamente “la histórica tarea de destruir el viejo Estado para construir otro nuevo, con nueva cultura”.
Arguedas fue el visionario y profético precursor de la sólida alianza entre dos sectores sociales históricamente antagónicos, es decir, entre indios quechuahablantes y mestizos bilingües “que vestían casimir en sus ciudades”, pero que, como migrantes en las grandes ciudades de la costa como Lima, eran igualmente despreciados y discriminados.
Esta alianza debía comenzar por la práctica común del wayno en quechua y castellano, acompañado con guitarra, charango y quena, cantando y tocando aquella música que expresaba sus emociones y sentimientos, tristezas y alegrías, sueños y esperanzas.
Arguedas no es, pues, solo el apasionado folklorista que promovió el amplio conocimiento y la revaloración de nuestras manifestaciones artísticas, de nuestras tradiciones ancestrales y mestizas, de la fecunda comunicación “en indio y cristiano, en quechua y castellano”, sino también el de la afirmación de nuestra identidad nacional superando divergencias, discrepancias y antiguos antagonismos.
En resumen, Arguedas vio y profetizó el canto y la música como importante y eficaz factor de cohesión social, como puente o amalgama de una alianza ideológica y política entre indios y mestizos, con clara e indubitable perspectiva de liberación nacional.
Éste es el legado más importante de Arguedas, cuyo acierto y vigencia comprenden, valoran y testimonian hoy las mayorías indígenas y urbano-populares, junto con maestros, estudiantes, pequeños comerciantes y empresarios y clase media, más allá de exquisiteces de intelectuales “cosmopolitas” y “gentes que más conocen Norteamérica y Europa que el Perú”, es decir, las minorías privilegiadas.
Ya sabemos en nombre de quiénes le regatearon el merecido reconocimiento, pretendiendo menoscabar y hasta silenciar su mensaje.
El Perú sigue escindido. Pero no por mucho tiempo más, si seguimos el camino trazado por Arguedas, “sin rabia” (sin violencia), como diría Rendón Willka, principal personaje de su novela Todas las sangres.
Coda
La semilla arguediana se multiplica como su “quinua de mil colores” en el crecimiento del folklore andino hasta alcanzar los actuales niveles de industria cultural tanto dentro como fuera del país, abriendo excelentes oportunidades a un arte hasta hace poco marginal.
También florece en el quechua de poemas y narraciones nuevas; abre o ensancha puertas de universidades nacionales y extranjeras; canta en la privilegiada voz de Juan Diego Flórez; pisa la alfombra roja de Hollywood con Magaly Solier en La teta asustada; deleita a los niños peruanos, bolivianos y ecuatorianos en la adaptación quechua del cuento sinfónico Pedro y el lobo (Pedrucha pumawan) de Prokófiev por Miguel Hart-Bedoya.
El incremento de la artesanía, el turismo cultural y vivencial, así como la revaloración de productos andinos emblemáticos por el boom nacional e internacional de la gastronomía peruana, sin duda tienen mucho del alma de este gran Amauta, llamado con justicia héroe cultural del Perú.
Muy temprano salimos de Puquio con el ing. Jefe de la Oficina de Caminos , el iba a controlar el avance de la carretera al pueblo de Andamarca y yo a conocer a los Soras, agricultores de repisas andinas.
En las afueras de la ciudad, al borde de la carretera nos esperaba la maestra de Cabana , una muchacha muy joven , de ojos bellos y dulces y de pelo negrísimo ,arreglado en dos largas y gruesas trenzas. !Ay ingeniero!, dijo al subir; te estaba mirando tu carro que no venías.
Don Silvio, el capataz, nos esperaba. Era un hombre joven , de mediana estatura, moreno, de brazos y manos fuertes y de rostro dulce y sereno.
Por aquí ha caminado la carretera en los últimos meses, cuando no habías vuelto ingeniero de su visita ; por alli vá a seguir, arrimándose al cerro ingeniero, para buscar su fuerza , va a subir bonito no más, despacio va a subir, para no cansarse y por alli por esa loma va a baja al rio para pasar por el puente que vamos a hacer. Una carretera ingeniero como la gente no más es , su camino sabe hacer.
Avanzamos entre arbustos de Mutuy que habían florecido amarillando todo, el cielo, el camino; los árboles abrían sus brazos para invitar a los pájaros a tejer sus nidos en ellos.
Llegamos a la punta donde estaba el campamento; unos muros de piedra y unos techos de paja hacían las chozas, el viento silbaba metiéndose por todas partes .Alli vivía don Silvio nos invito a entrar, dentro en un rincón , unas ramas secas y unas piedras negras hacían el fogón que recibía unos tiestos de barro .A un lado la cama en el piso pellejos y encima cubierta de mantas y ponchos.
Esta carretera avanza mi ingeniero, con barreno, con pico, con dinamita, puro brazo ingeniero.
He venido a relevarte Silvio, tienes que ir a otra carretera.
No mi ingeniero no me voy, esta es mi carretera. Yo vine hace dos años con mi hijo pequeño; su madre, nos dejo en la soledad cuando partió al cielo, mi ingeniero; con el he venido, cuando la carretera estaba allá atrás todavía, donde esta ahora ocultándose el sol allí llegamos.
Cada dia con la carretera avanzamos, y cada día el crecía un poquito más; por la loma caminaba la carretera, y mi hijo con su alegría con su risa nos acompañaba.
Una noche llovió mucho mi ingeniero y en la choza el frio entro por todas partes .La calentura le agarro; su carita como brasa quemaba, en mis brazos ingeniero se me ha muerto.
La carretera siguió caminando ingeniero, pero cada mañana yo ponía en su tumba las flores del campo y cada día mas temprano tenia que ir a su tumba a dejar mis flores.
Cada día más lejos , mas temprano, mas lejos casi corriendo iba para alcanzar la punta de la carretera.
No me voy ingeniero, esta es mi carretera, la hicimos juntos el y yo juntos con nuestras alegrías y nuestras penas. Las carreteras, ingeniero no la hacen los ingenieros, las hacen los capataces punta de carretera.
EL TORO DE LA QUEBRADA DEL PACHACHAKA
Todos los años después de la Pascua de Resurrección los ganaderos de Puquio salian de viaje a Andahuaylas a Lambrama y a Abancay a comprar ganado.
Durante los meses de lluvias las alfalfas de Santa Cruz habian retoñado, crecido y alimentado a los caballos que llevarían a mi padre y a los arreadores hasta la quebrada del Pachacacha , rio grande y caudaloso.
Don Sabino López, su compadre que habia antes acompañado al abuelo ahora iba con mi padre. Era el laceador más famoso de toda la región, laceaba a pie, a caballo, de cerca o de lejos; dicen que laceaba a los toros mas bravos y a los potros cerriles de las Pampas de Ccoñañi que corrían escondiendo la cabeza; pero era sobre todo amansador de potros.
Viajaban por dos meses a comprar nuevos toros y a recoger los que habian quedado del año anterior, porque estaban arando o porque todavía no, al año te entrego cuando esté en su cuerpo pues, decían los dueños.
Cuando compró el toro negro frontino le marcaron con hierros de fuego
en la pierna y en el asta izquierda le pusieron la contramarca. Desde que lo sacaron de su querencia caminaba volteando la cabeza y se regresaba siembre; cuando vadearon el Hatum mayo que habia crecido y tenia la fuerza de las aguas nuevas se dejo llevar con sus aguas para salir mas abajo , y regresar a su pago. Solo se veia su cabeza levantada y la punta de sus astas ;don Sabino lo laceo desde veinte brazadas el lazo volaba sobre el agua sobre su espuma hasta alcanzar sus cachos y abrirse sobre ellos ajustándolos y lo jalaron trenzando el lazo en un molle frondoso de la orilla.
Cuando subía a la puna y se dejaba la quebrada, volteó para ver por ultima vez, lejos abajo su rió, su sitio.
En los alfalfares de Puquio durante la inverna, el toro negro frontino parecía que pensaba en su suerte y que recordaba la quebrada caliente del Pachachaca.
Tres meses después las puntas de ganado que habian engordado en los alfalfares de San Andrés, Chilques, Santa Cruz, Santa Ana y San Pedro eran arreadas hasta el puerto de Lomas, a cinco dias de camino ; alli se esperaba al barco carguero que venia del sur, y que aparecía en las noches desde la isla con todas sus luces encendidas como un vapor brillante.
En la mañana se iniciaba el embarque , se subia el ganado en una chalupa que luego mar adentro se acoderaba al barco, desde ella se amarraban los toros con unas fajas anchas y se les elevaba con un tecle para depositarlos en la bodega.
Cuando alzaron al toro negro frontino se soltaron las amarras y el animal cayo al mar y nadando alcanzó la playa, salio junto a los matorrales y en ellos se perdio. Mi padre y sus arreadores fueron a rastrearlo al toro por donde habia salido; le buscaron todo el dia, sin encontrarlo, y , al dia siguiente y no lo encontraron. Al retornar a Puquio encargó que lo siguieran buscando todos los dias y por todas partes, nadie encontró al toro Negro frontino.
Al año siguiente volvio mi padre a comprar ganado al mismo pueblo, al mismo sitio y al mismo dueño. Cuando marcaban los toros comprados, don Sabino le avisó ¡compadre este toro ya esta marcado! tiene su marca; es el toro que no se embarco compadre.
Cuentan que los toros también tienen su pueblo, sus montes, sus rios, cuentan que tienen su querencia y que cuando les sacan de ella se entristecen y la extrañan mucho.
Mi padre me dijo que el toro negro había caminado de regreso solo de noche, de dia se escondía y nadie le podia ver ; me dijo que en el campo hay una plantita pequeña junto a los puquios que hace invisible a los animales y que el toro negro la buscó hasta encontrarla ; por eso dijo , no le vieron cuando regresaba.
Había caminado muchos días, muchas noches para llegar desde Lomas a su querencia, en la quebrada caliente del Hatum Mayo del Pachachaca.
TORITO SARDO, TURUCHA
Cada año después de las lluvias mi padre subía a las estancias de la Puna, el pasto había crecido y engordado el ganado; las crías nuevas retozaban en los potreros y brincaban en los mojadales.
Don Maxi para este año haremos jugar nuestro toro sardo en la plaza de Pichccachuri, le dijo Rafael Carvajal el vaquero, ya esta en su cuerpo papá, ya tiene su fuerza. Don Max pensó en la inverna, crecerà todavía, engordará y lo llevare a Lima.
Rafael Carvajal no podia pronunciar su nombre decía solo Rajuel y asi le conocí.
Don Maxi míralo, aquí ha nacido, en esta puna ha pasado fríos, aquí se ha hecho toro con el pasto tierno de la socclla, entre la tola, entre el Tankar. Este toro don Maxi también mi toro es; yo le he criado con mi cariño, de mi mano ha lamido la sal azul de warwa, a mi me sabe mirar desde las Sachas, desde las Queñuas, diciéndome con la mirada de sus ojos que lo haga jugar.
No seas así pues, don Maxi; te estoy pidiendo papá; en la plaza de Pichaccachury para todos tiene que jugar; para el sol; para la luna, para el Apu, para nosotros los comun runas, para los mistis, también.
Piña toro es espíritu, sangre de micitu tiene. No es malo; es el viento, la lluvia, el granizo; los ríos nuevos están en su cuerpo para su fuerza.
Así que sea pues, respondió don Max.
Rajuel Carbajal, el vaquero lo acompaño hasta el pueblo. Lo sacaron de su estancia entropado con vacas madrinas; antes de bajar a la quebrada para dejar su sitio bramo y levantando su hermosa cabeza pidió permiso a su Apu, a su sitio. Los waccra pukus tomaban las voces de todos los cerros para despedirlo, pasaron entre cebadales dorados de julio, entre parhuas de maíz, entre retamas floridas, para llegar a Ccantu-Punku y divisar Puquio con sus techos de paja.
Cerca de la plaza en el corral de vaquerías, los toros bravos, nerviosos miraban llegar a los comuneros de los ayllus de Puquio con sus ponchos de color nogal, vinieron los alcaldes vara a velar toda la noche. Rajuel le cantaba al sardo toro pidiéndole fuerza y alegria, vinieron las arpas, los violines y los Wuaccra pukus para acompañar el canto.
Wuacallay, Wuaca, turullay turu
Niño Toro, toruchay , turu.
La plaza de Pichccachuri estaba convertida en ruedo; desde días antes se habian armado las barreras; delante de la iglesia para las Autoridades; las familias principales armaban sus palcos con palos de eucalipto; al frente la falda del cerro estaba tapizada como un retablo de polleras azules, verdes y lilas y de moñillos blancos, amarillos y rojos, de las campesinas. La banda municipal tocaba paso dobles con redobles de tambores campesinos.
Le lacearon y jalaron los brazos de 20 hombres, le animaron las voces de todos los comuneros. Desde el centro del ruedo miró al cerro y vió los colores de las polleras, de los monillos y las flores en los sombreros de las pasñas; nervioso, ágil, en cuidadoso giro volteó para mirar la iglesia , a los principales, a los mistis y a los común runas, y levantando la cabeza busco en el aire el olor de la tola, de la socclla, de las retamas y quedo quieto.
En los palcos las niñas con sus sombreros de paño ingles y sus faldas domingueras decían ¡Ay Jesús que lindo es ¡ y los jóvenes mistis advertían en su cuerpo la fuerza de los cerros.
Rajuel se escurrió entre los palos y los postes de las barreras para ir hasta él y cuando estuvo cerca tendiéndole el poncho con animoso gesto le gritó: turuu, piña turu; este arrancó veloz carrera y recogiéndolo en sus astas lo hizó al aire y se quedó plantado; cuando cayó al suelo, levantándose le gritó turuy mierda, sallcca turu diciendo; entonces se le acercó hasta tocar su cuerpo, hasta acariciar su frente y hablándole dulcemente le dijo: turucha sardo turucha; acaso no me conoces; yo te cuide del zorro, del lion; te he dado mi corazón, mi canto, te he llevado a beber el agua fresca de los puquios y con mi ponchito como jugando te enseñe a jugar. Y levantando su voz, como un trueno le gritó: Ahora es tu suerte, Pucllay!.
Y el toro sardo, el hijo de la vaca negra callejona cuando comenzó a tocar la banda Municipal arrancó a jugar con la fuerza de los rios, con la alegría de las gaviotas, y pasó muchas veces por los ponchos de los indios, por las capas de los mistis para volver a ellos nuevamente, y cuando todos le aplaudían desde el centro de la plaza bramo para los cerros hacia la puna, hacia los puquios.
El alcalde plaza y los alcaldes varas dispusieron el perdón y dejaron abierta una esquina del ruedo por donde salió el toro Sardo, para tomar la cuesta y regresar a su estancia. Los Quillinchos acompañaron su retorno.
Aproximadamente desde el inicio de su tercer milenio, hemos empezado a vivir la etapa final de la civilización occidental judeo cristiana apostólica y romana. El proceso globalizador universalizó este modo de vida y lo impuso como único modelo en todo el planeta. Todas las naciones, incluso las mas lejanas culturalmente, han sido incoprporadas y atrapadas en este proceso de modernización. Como consecuencia de esto, su crisis y caida final, querramos o no, afecta a todos los paises del mundo.
En estas circunstancias, sería oportuno tomar en cuenta percepciones diferentes del tiempo y la historia humana, propias de las culturas y civilizaciones autóctonas. 2011 años es muy poca referencia para entender la vida e historia de la humanidad, que en sus propias mediciones científicas lleva ya caminando cerca de 50 mil años en nuestro planeta.
Pero este modelo de sociedad, que tiene sus grandes atractivos en el desarrollo tecnológoico y la modernidad, suele descalificar como atrasado y arcaico a todo modo de vivir y progresar diferente, satanizan toda forma de vida que no siga sus patrones de conducta.
Los paises desarrollados son entonces como la gran panacea de la mejor vida, a los que todos debemos imitar, como único camino de progreso. Sin embargo, son cada vez mas los habitantes de dichos paises, que desean apartarse de su modelo y por el contrario, buscan en el mundo natural y las culturas aborigenes, las alternativas que les den alguna esperanza de vida digna, sana, saludable y feliz.
Desarrollo y modernidad se han convertido en insutrumentos de destrucción y culto a la muerte. Se aniquila la vida natural para fabricar un mundo artificial efímero; se atrofia la inteligencia natural para reemplazarla por la inteligencia artificial; nos desconectan del mundo natural para vivir en función de abstracciones, teorías, ideologías, religiones y politicas salvadoras, todas ellas incapaces de enseñarnos a vivir y fructificar la vida.
La acumulación insana de recursos y medios economicos, así como el control y la manipulación politica de las poblaciones, se ha convertido en un modo de proceder tolerado y aceptado por las mayorías. Las protestas, en contra de sus injusticias, no logran cambiar el proceso en curso ni detenerlo, a veces hasta lo refuerzan. Algo huele mal.
Este comportamiento, se forma desde la mas elemental forma de orientación y ubicación en el mundo y en la vida. Pongámonos a pensar el por qué los modernizados solo nos pueden hablar de nuestro presente en relacion al futuro. Le tienen temor a su pasado, por que les recuerda su naturaleza destructora; por eso sus historiadores tratan de esconderlo o falsificarlo. También enseñan a pensar de que la historia y el pasado son los hechos que quedaron atrás y allí no hay nada de utilidad práctica que indagar.
LA BASE DEL DESENCUENTRO
La maxima filosofia de vida que se enseña desde niños en los paies desarrollados dice: “nunca mires hacia atrás”; y los alienados de los paises en vias de desarrollo lo repiten de este modo: “Atras, ni para tomar impulso”. Para ellos atrás es el lugar oscuro donde se encuentra el pasado y el pasado, por algun motivo no explicado, es atraso, lo opuesto a progreso. Seguidamente enseñan a identificar el futuro con su forma de vida, modelo de sociedad y desarrollo. Atras, pasado, historia, es pues un campo de mirada reservado exclusivamente a los encargados de estudiar el tema y mostrarnos sus laas conclusiones que necesitamos.
El civilizado se ubica en este mundo mirando al norte y al futuro. El futuro viene frente a él y el pasado se va hacia atrás de él. Aprende a no mirar para atras, a no tomar en cuenta el pasado, es la escencia de su modo de vivir, o sobrevivir.
Asimismo, se considera el centro del universo, y todo lo que hace es el punto de partido de todo proceso. Por eso desarrolla la mentalidad del descubridor. Para ellos nada importante existe, si ellos no lo descubren. Y su afán descubridor es motivado por sus ambiciones de conquista, aunque la conquista sea mas bien la invasión, la agresión, el despojo de los demás.
Por eso, la historia de la civilización es la versión desde su propia perspectiva, considerada arbitrariamente como verdad universal. Los agredidos hemos sido instruidos para aceptar sin mayor reflexion todo ese edificio de mentiras, olvidando asi nuestras propias perspectivas.
Su ciencia, que tampoco tiene mucho de inocencia, se ha encargado de establecer los parámetros y acomodar los argumentos que justifiquen dicho valor y aceptación universal: Un marco teórico y una investigación basada en la metodología que se deriva del mismo. Las fuentes y las necsarias evidencias probatorias, para su investigación, son accesorias, manipulables, y muchas veces prescindibles. Su tecnología, avanza al futuro, no importa cómo, ni para que.
Según la civilización occidental dominante, todos debemos pararnos desde la perspectiva del hemisferio norte, pese a que la perspectiva, desde el hemisferio sur es muy diferente. Luego, ellos ven los hechos históricos, como una constante lineal que ve al futuro por delante de nuestro presente y el pasado hacia atrás. Así, solo pueden mirar el pasado si voltean hacia atrás, pero esta postura es incomoda y prefieren evitarla. Para eso estan sus historiadores.
Se comprende entonces por qué mis amigos progresistas e intelectuales me reclamaron siempre el tener una visión pasadista, dando por sentado que era una postura incorrecta, producto de la nostalgia y un romanticismo carente de toda utilidad.
Federico Engels consideró a los pueblos ancestrales de América como primitivos, arcaicos y salvajes, del mismo modo como establecieron su coartada los invasores. Concientemente o no, los historiadores marxistas se han encargado de darle sustento, fundamentando para el caso del tawantinsuyu, un modo de producción “esclavista” o “asiático tributario”.
Ironicamente, reclaman orgullos chauvinistas, reivindicando el supuesto “imperio de los inkas”, teniendo como base sus esquemas a los que sujetan como en una camisa de fuerza, los “hechos históricos” ciertos y/o dudosos.
ÑAWPA LLAQTA, PUEBLO ANTERIOR
En todas todas las naciones del Tawantinsuyu, si queremos hablar de nuestra historia, tomamos como punto de partida el cómo nos ubicamos y orientamos en el mundo (kay pachapi), en esta vida que miramos y necesitamos conocer.
Pues bien. En mi nación Chanka, y en mi cultura ancestral andina, dentro de la familia lingüística quechua, vemos la historia en sentido contrario a como lo ve la civilización occidental.
Siempre me llamó la atención el nombre de la waka mas importante cercana a mi comunidad: Ñawpa llaqta (pueblo anterior, antiguo, ancestral). Como aprendí mi idioma en la niñez, no podia entender como es que para los conocimientos que me enseñaban en la escuela y en los libros, el tiempo situado delante servia para mirar el futuro, mientras que para nosotros servia para mirar el pasado. Esto puede generar un dolor de cabeza si no se entiende en profundidad nuestro idioma quechua, tratare de ponerlo mas en cristiano.
Para nosotros la ubicación en el espacio y el tiempo no están desconectados. El transcurrir respecto a nuestra orientación, lo percibimos de atrás (Qipa) hacia adelante (Ñawpa), entonces el pasado, lo vemos alejarse delante nuestro y el futuro viene detrás nuestro. La primera conclusión es que podemos ver el pasado porque en su transcurrir va delante nuestro; pero no podemos ver el futuro que viene detrás. Solo girando hacia atras, o con la ayuda de otros seres vivos (la hoja de coca por ejemplo) podríamos ver el futuro.
Este saber está presente en la vida cotidiana de las comunidades quechua hablantes. Necesitamos recuperar esos nuestros conocimientos y despertar para asumir nuestra propia perspectiva de conocimiento en la vida y en nuestra historia.
PACHAKUTI, RETORNO DE LA VIDA
El transcurrir del tiempo, así mismo, lo percibimos en su recorrido circular cíclico, de modo que la vida en el tiempo siempre se recicla, siempre ha de volver al punto de partida, pero a un nivel diferente, de avance o progreso. El proceso del Pachakuti (Recomienzo o retorno a la vida, revolución) es eso, la vuelta al punto donde partimos para empezar de nuevo con mayor experiencia y equilibrando dicho proceso de la vida. Toda la vida y todo ser vivo sigue ese proceso. sabemos que la vida humana evoluciona a través de una secuencia ciclica infinita de revoluciones.
Cuando nos acusan de querer volver al pasado, hay que decir si, nos declaramos culpables. Pero no en el sentido de hacer caminar al tiempo hacia átras, no tenemos esa capacidad; sino en el sentido de que necesitamos volver al punto en el que las cosas en esta vida empezaron a hacerse mal, muy mal. Al punto en el que surgió el colonialismo y las agresiones a los pueblos: La inhumanidad, la insanía; y volviendo a ese punto, evitar ese comportamiento, retomar la capacidad de vivir y fructificar la vida.
Y estamos luchando por la recuperación del tesoro de nuestros conocimientos, que intentó desaparecer totalmente el colonialismo, para poder reempezar la vida, recomenzar un nuevo ciclo, donde la humanidad viva en armonía y equilibrio entre todos, incluyendo los seres no humanos que vivimos en este mundo.
APRENDEMOS A VIVIR, MIRANDO EL PASADO
El mirar permanentemente sobre el pasado que lo tenemos frente, es lo que nos permitió aprender de los errores y en consecuencia aprender a vivir, bien y bonito; a ofrecer mejores frutos en nuestro paso por este mundo. No podemos esconder el pasado porque asi no nos servira de nada, debemos mas bien conocerlo y reconocerlo una y otra vez para descubrir las rectificaciones que necesitamos hacer.
Aprendimos a vivir, mirando y estudiando el pasado. Aprendemos de nuestras experiencias positivas y negativas, para no repetir lo negativo y reforzar lo positivo. Nuestros ancestros lo hicieron, por eso es que lograron un tejido comunitario diverso y al mismo tiempo armónico, en convivencia equilibrada y fructificando sin cesar.
Por eso nuestros ancestros sabían que debíamos tener un respeto profundo a todos los seres vivos y a nuestra Pachamama que nos cobija y da la vida. Los conocimientos tenían una consistencia y validez que los convertia en sabiduría. La papa, el maiz, la quinua,asi como el 70% de alimentos que sostienen hoy a la población del mundo no hubieran sido domesticadas sin esta metodologia.
Cuantos miles de años en la experiencia de vida de nuestros pueblos ancestrales, están en la base del conocimiento y el profundo respeto a la espiritualidad del mundo y de todos los que vivimos en el?
Como es que ellos sabían que Kuniraya (Gran espiritu sagrado del fuego) y Wiraqucha (Gran espiritu sagrado del agua) eran los espíritus creadores, que hicieron posible la vida en nuestro planeta?
Como es que nuestros ancestros aprendieron a reconocer que la violencia humana había que controlarla y para lo cual desarrollaron los métodos profilácticos mas eficientes que conocemos?
Cómo fue entonces que aprendieron que al mundo y a sus habitantes había que respetarlo y no pretender explotarlo ni dominarlo?
Indudablemente por estar de cara al pasado, atentos a las ocurrencias de la vida.
EL RESPETO A TODOS ES FUNDAMENTAL
Todo lo contrario ocurre con la civilización, que ya vivió Hiroshima, pero continua cometiendo las mismas y mayores torpezas; que ya conoció el nazismo pero continúa engendrando racismo, las agresiones y exclusiones; que ya destruyó nuestra capacidad de adaptacion para vivir en este planeta (provocando un calentamiento global acelerado), pero sin embargo sigue jugando a hacer el papel de Dios; que ya produjo todos los males conocidos y perversiones en su historia, pero siguen insistiendo en la misma conducta, como si no hubiera pasado nada. Ocurre todo esto porque viven de espalda al pasado.
En su sobervia ingenua los dominadores del mundo creen que pueden dominar y manipular la vida y la naturaleza; así nos han llevado al borde del holocausto final; porque la Pachamama nos puede destruir a los humanos junto a muchas otras especies, por culpa de esta irracional ambición y desequilibrio. Eso es lo que no pueden o no quieren ver.
Las naciones ancestrales en cambio aprendimos que el respeto a todo proceso natural y a todos los vivos, es fundamental. Vivimos tejiendo vinculaciones de respeto y armonía, por eso la libertad esta en intima relación con la responsabilidad de aprender a vivir bonito entre todos. Este aprendizaje no seria posible si no estuvéramos mirando el pasado atentamente, analizando y extrayendo las lecciones fundamentales de la vida, a partir de nuestras experiencias mismas.
Los pueblos ancestrales, en Abya Yala y los otros continentes, tienen los conocimientos que pueden orientarnos para sobrevivir, pueden ser la tabla de salvación de la humanidad, el arca de noe de la misma. Valdria la pena aprender la lección y optar finalmente por la vida, la paz y la armonía en el contexto mundial del Pachakuti en curso.
Nunca olvidaré las palabras de un Auki de mi comunidad ante mi insistencia para que me explique quien era el Apu Huamáni sagrado: El no encontraba palabras en castellano para resumirlo, pero me miró de frente a los ojos y me dijo tiernamente: Huamaní es respeto!