viernes, 31 de diciembre de 2010

QAWAQ, Edicion No.13. 1ro Enero 1ro. Abril 2011.















Raymi runakunam kanchik!

Hayka ñawpa watakunamanta taq Raymikunata ruanchik? Manan yuyariyniy aypanchu. Hina miki kanchik, raymi runakunam kanchik!

Paqarimuyta rayminchik, llapallan punchaunimpi rayminchik; Churikunapta, Mamakunapata, taytakunapata, payakunapata, machukunapata. Llapan ayllunchikpi, kawsaqkunapata.

Chaymi, Intita rayminchik, killata, Yakuta, Urqu Huamanita, ritita, illapata. Paykunapim Yaya taytanchikta,Pachamamanchikta rayminchik,sunqunchikwan kutichinchik, uywasqanchikmanta;

Raymichkanchiktaqmi uywanchikkunata, vacanchikkunata, Uvijanchikkunata, Qoyllurkunata, pakukunata, wikuñakunata, inaspapas allpanchiktawan tarpusqanchikta otaq pallay tipinapipas.

Raymipaqmiki tukuy ima kawsay chaskisqanchikpas, riqsisqanchikpas, munasqanchikpas, tukuy sunquwan kuyasqanchikpas. Hinallam chayaypas, ripuypas, wasichakuypas, ayllu minkasqan qispichiypas.

Chaymiki llapallan ayllukuna raymichakun watan watan. Mana ni pita qunqaspa. Llapallanchikpaqmi raymiqa, manan sapan kaq pachu. Wasillapi kaptinpas, lliu juñunakuspa kaspa mana kaspa mikunchik, takikunnchik, tusukunchik, waqay kaptimpas waqanchik, kusiy kaptimpas kusinchik. Chayaq kunapaq, ripuqkunapaq, hina chayllapi tiaqkunapapas, mana pita qunqaspam raymikunchik.

Pachikucha Tinkuqpa Runañan

SOMOS PERSONAS QUE CELEBRAMOS!

Desde cuantos años antes vivimos haciendo celebraciones? Mi memoria no puede alcanzarlo. Asi somos pues, personas que celebramos!

Celebramos los nacimientos; los cumpleaños de todititos lo celebramos: De las hijas e hijos, de las madres y padres, de las abuelas y abuelos. de todos los que viven en nuestra comunidad.

Por eso celebramos al sol, a la luna, al agua, al cerro sagrado, a la nieve, al rayo. En todos ellos celebramos al gran espiritu sagrado y a nuestra Pachamama, en reconocimiento y retribucion por los cuidados que nos da.

Celebramos también a nuestras crianzas animales, vaquitas o ovejas, llamas, alpacas o vicuñas, y a la tierra y a nuestras siembras y recojos cosechas.

Es pues para celebrarlo todo cuanto fructifique la vida y lo recibamos, incluso lo que conozcamos, lo que deseamos, y lo que amemos con todo el corazón. Asi mismo el llegar o el ausentarse, el hacernos nuestra casita, o el cumplimiento de los encargos de nuestra comunidad.

Por eso toda las comunidades hacen sus celebraciones cada año.Sin olvidar a nadie. Se celebra con todos, no hay aislados. Si es solo en una casa, juntando a todos, lo que haya, comemos, cantamos, bailamos; si hay motivo lloramos, si en cambio es para reir reimos. Para los que llegan o para los que van a partir, o para los que quedan, sin obviar a nadie celebramos.

Juan Francisco Tincopa Calle

Llapan Ñawpa Ayllukuna Qatallisqanku

Naciones Ancestrales y derechos culturales.

Por: Juan Rivera Tosi

En los últimos meses algunos medios de comunicación han difundido noticias en relación a protestas de la población indígena, a las cuales no se le ha dado la importancia que estas revisten.

Es cierto que no hay una conexión expresa u organizada entre una noticia y la otra, pero es una clara muestra del malestar generalizado por el maltrato a nuestros valores culturales, que se sigan utilizando para traficar con ellos, lucrar u obtener algún beneficio personal.

En París, Nube Roja, llegó encomendado por una descendiente del Gran Jefe Sioux Caballo Loco, para entregar una carta al administrador de un famoso cabaret parisino, que lleva el nombre del legendario héroe Sioux, en la cual se le solicita que le cambie de nombre al local, ya que este es sagrado para su pueblo y no merece que se trafique con él. Tan importante es dicho nombre, que ningún Sioux se atrevería a ponérselo a su hijo. Por eso, al ser entrevistado por los periodistas afirmó que "Queremos que nuestros jóvenes lo recuerden como un líder fuerte y guerrero y no por la figura que muestra el Night Club de Paris".

Al sur del continente, los mapuches de Chile y Argentina, se han opuesto a que el “NGUILLATUN”, ritual sagrado para su nación, sea declarado patrimonio cultural de ambos países.

Y tienen razón. No es propiedad cultural de Chile y Argentina, sino de la nación mapuche, la cual originalmente era una sola, pero que durante los primeros años de la independencia española y posteriormente en la Guerra del Pacífico, pasó a ser dividida en ambos países.

Pretender que la UNESCO declare al “NGUILLATUN” Obra Cumbre Oral e Inmaterial es una burla y una ofensa, ya que a nuestros hermanos mapuches siempre se les ha marginado e incluso se ha pretendido su exterminio físico, arrinconándolos en las zonas más inhóspitas de la cordillera y arrebatándoles sus tierras.

¿Si no han tenido el menor respeto por la nación mapuche, con que autoridad pretenden ahora hacer suya, una de sus ceremonias mas importantes?...La razón es una sola. Mostrar un aparente respeto por la cultura de los llamados pueblos originarios, pero que en verdad solo busca incrementar el valor de esas tierras, para el negocio del turismo.

En Perú, el 13 de setiembre se envió una Carta Abierta al Presidente Toledo, donde se le pedía que ordenara a su partido, dejar de utilizar la CHAKANA, como símbolo de identificación política, en vista de la importancia de este símbolo para el mundo andino.

Hoy la chakana es vista como sinónimo de robo, corrupción, engaño y mentira y a Toledo se le identifica como el representante de los indios en el Poder, cuando de indio solo tiene la cara, ya que su corazón es occidental. Aunque trafica con nuestros valores culturales.

Y la lista del tráfico cultural sería inacabable.

A unos les sirve para mostrar que sus vedettes son lo máximo, a otros para vender más caro las tierras mapuches, mientras que en el Perú sirvio para ganar los votos de los indios y acceder a la presidencia.

Pero, Caballo Loco, el Nguillatun y la Chakana, son símbolos sagrados.

En unos pocos días culminará el Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo y, se cumplirán 15 años de la promulgación del Convenio 169 de la O.I.T. referido al mismo tema.

El Perú, al igual que otros países de la región suscribieron hace 10 años el convenio 169, el cual tenía validez de un Tratado Internacional, que lo comprometía ha realizar una serie de acciones para resarcir los abusos y atropellos contra los pueblos indios que habitan en su territorio. Sin embargo se terminó haciendo todo lo contrario.

Durante la década del 90 en Perú se llevó a cabo una guerra interna entre el terrorismo y el Estado Peruano, la cual costó más de 30,000 muertos. La policía y el ejército no podían detener la violencia y terror que día a día crecía.

Pero el terrorismo fue acorralado y vencido. ¿Gracias a quienes?... A los indios, que organizados en las llamadas Rondas Campesinas, arrinconaron al terrorismo y permitieron su desarticulación.

El Estado Peruano, como un supuesto premio y agradecimiento a la participación de los comuneros, aprobó una Ley que permitía la Titulación de las Tierras Comunales, por lo tanto a partir de allí, podían servir de garantía para préstamos bancarios, permitiendo que estas pudieran ser hipotecadas. Creando una situación legal que permitía que las perdieran sino eran capaces de cumplir con las exigencias bancarias.

Con lo cual el premio permitía que los indios pudieran perder sus tierras.

En Argentina, la Comisión de Juristas Indígenas de ese país, durante 8 años ha realizado innumerables acciones, a fin de que el Gobierno Central ejecute lo dispuesto por las leyes expropiatorias dadas por el mismo, que permitirían asegurar la propiedad comunitaria y posesión de estas, por sus ancestrales propietarios, los indios Wichi, en la provincia de Salta.

El plazo estipulado por la Ley para el cumplimiento de la misma esta por concluir y, el Estado Argentino sigue incumpliendo lo acordado a favor de los indios, pero beneficiando a las empresas agroindustriales que están depredando sus bosques, para la producción de soya transgénica.

En la ciudad de Rosario (Argentina) se llevó a cabo en noviembre, el Primer Congreso de las Lenguas. Importante evento donde se reconoció que un total de 200 poderosas empresas multinacionales, ejercen una fuerte presión sobre los Estados. Que estos, presionados económica y políticamente, se ven obligados a trasgredir sus propias leyes, atentando no solo contra la biodiversidad y recursoS naturales de cada país, sino también contra la población indígena.

En la declaración emitida por el Congreso, se reconoce que si hoy los Estados hablan de interculturalidad, es por la larga y constante lucha de los pueblos originarios, mas no por la buena voluntad de dichos Estados. Que las “Lenguas existen pese a haber sufrido la negación y el avasallamiento de la colonización primero y, del Estado hegemónico después, en su falaz pretensión de unidad: un territorio, un pueblo, una lengua…” cuando sabemos que en nuestros países conviven una diversidad de naciones, que no corresponden a la demarcación geográfica y política que se les quiere imponer. Por ejemplo el caso de los aymaras / Kullas, mapuches y guaranies.

Por todo ello el congreso hizo un llamado a la necesaria transformación de un Estado Monocultural a uno Intercultural.

Es evidente que esto incomoda a occidente, ya que los indios no somos funcionales a su proyecto de globalización.

Por lo tanto, si el modelo globalizante desea crecer en nuestro continente, deberá exterminar a los indios. Llegando incluso a plantearse el repoblamiento de nuestros territorios con elementos foráneos.

En Puno (Perú), los habitantes de las Islas de los Uros, han llevado a cabo acciones de protesta, por la derogación del Decreto Supremo 185–AA de 1978, que expropió parte de sus territorios, a favor de la creación de la Reserva Nacional del Titicaca.

La razón es muy clara. Estas islas flotantes creadas por los Uros utilizando la totora, son hoy un importante atractivo turístico que genera ingresos económicos.

Las islas no existían. Las tejieron los uros, en su afán de disponer de un lugar donde vivir y, con su ingenio y sapiencia , hicieron sus superficiales islas. ¿Cuándo? … En la noche de los tiempos y, las han mantenido a flote hasta nuestros días.

Ni durante la colonia, ni después como país independiente, el Estado peruano se preocupó por ellas. Los Uros siempre fueron marginados.

Pero hoy, el llamado ecoturismo, turismo cultural y vivencial es una importante fuente generadora de divisas. De allí su interés por tomar el control de ellas. No para beneficio de las habitantes de islas. Ni siquiera del propio Estado Peruano, sino de las empresas que venden turismo.

El caso de la región Madre de Dios (Perú) es muy aleccionador al respecto y, nos lleva a pensar lo que puede suceder en otras regiones donde la población india ha logrado sobrevivir y mantener su riqueza cultural.

Esta limita con Brasil y Bolivia. El Gobierno Central nunca se preocupó por ella, pero hoy el 85% de su territorio ha sido declarado Área Natural Protegida por el Estado, argumentando su interés por la conservación de su biodiversidad y sus recursos naturales. Sin embargo no son los indios quienes destruyen los recursos que la madre naturaleza nos brinda, sino los empresarios apoyados por los políticos, quienes arrasan con los bosques e introducen cultivos que no corresponden a ese piso ecológico, pero que son rentables en el mercado internacional.

Lo que ha sucedido en Madre de Dios es patético, ya que es irrumpir violentamente en las relaciones culturales y sociales de los pueblos que en ella habitan.

Pero no solo eso, el Estado inicio allí un programa de esterilización masiva, control de la natalidad, donación de alimentos transgénicos y el impulso de programas de educación y trabajo, buscando el traslado masivo de poblaciones indias a la ciudad de Puerto Maldonado, buscando despoblar la selva amazónica.

No para protegerla de quienes no la dañaban, sino que con el respaldo de las ONG conservacionistas (financiadas desde el exterior),las pudieran entregar a empresas extranjeras vinculadas a la actividad turística. La realidad actual es que más de una centena de ellas operan en la zona y, cada día son más los nativos que abandonan sus tierras.

Actualmente se pretenden que se les declare Patrimonio Natural de la Humanidad, desconociendose que en realidad son patrimonio natural y cultural de los indios que en ella siempre han vivido.

El panorama expuesto es solo una pequeña muestra de lo que se esta viviendo. Donde las poblaciones indias exigen se le respeten sus derechos culturales, así no estén escritos en una ley.

Este 29 de Noviembre, 6 representante indígenas se declararon en Huelga de Hambre y Ayuno Espiritual, en el Palacio de las Naciones Unidas de Ginebra, cuando se realizaba la X Sesión del Grupo de Trabajo Sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

La razón de esta medida fue el intento de algunos países, que pretendieron burlar y hacer caso omiso al Proyecto de Declaración, elaborado por este Grupo de Trabajo, que fuera aprobado en 1994 por la Subcomisión de las Naciones Unidas de Prevención de la Discriminación y Protección de las Minorías.

El texto fue aprobado por cientos de pueblos y organizaciones indígenas. Allí se establecían normas mínimas que aseguraban y garantizaban el reconocimiento de los derechos de todos los pueblos indígenas.

Durante 10 años algunos gobiernos han presionado en contra del Acuerdo para que no se ejecute, sin importarles en absoluto nuestra riqueza cultural, ni los aportes de las naciones indias al desarrollo científico y tecnológico de occidente. Olvidando que fue gracias a nuestras riquezas que Europa obtuvo los recursos económicos que le permitieron llevar a cabo su revolución industrial.

Resulta irónico que mientras por un lado la Organización de las Naciones Unidas, reconoce que “..los derechos humanos son inherentes e inalienables y, deben ser aplicados a todos los pueblos sin discriminación”, estos sean burlados y negociados cuando se trata de pueblos indios.

De lo expuesto queda clara la necesidad de tomar medidas que permitan la defensa de nuestros símbolos sagrados y nuestra identidad cultural, no permitiendo que se trafique con ellos.

Es necesario educar a nuestros hijos en el respeto a nuestra sabiduría y tradiciones. Que se sientan orgullosos de ser indios.

Iniciativas como la recientemente inaugurada Universidad Maya (MAYAB' NIMATIJOB) en Guatemala, que a partir del próximo año permitirá estudiar la sabiduría y cosmovisión maya, deben impulsarse. La Universidad estará dirigida por el Consejo de Ancianos y los catedráticos serán mayas.

Pero también es necesario presentar denuncias y demandas contra todas aquellas personas, instituciones, empresas, etc., que utilizan sin el menor respeto nuestra cultura, con el solo fin de lograr beneficios particulares.

El envió de cartas, charlas, publicación de artículos, etc., son herramientas válidas, pero debemos llegar a denuncias ante los tribunales y organismos internacionales, a fin de ir sentando jurisprudencia sobre la defensa de nuestros derechos culturales y que se respeten.

Kuka kintucha

Hojita Sagrada de la Coca

Por Yanajaca / Ernesto Jiménez Ortíz.

La defensa de la Hoja de Coca, es la defensa integral de la Cultura Runa.

No podemos aislar el concepto (social, tecnológico, ideológico y ancestral) COCA del concepto CULTURA RUNA.

No podemos defender al ser humano, salvándole nomás la cabeza, sin darle importancia al resto del cuerpo.

El idioma, en el cual viene envuelto el concepto Coca, es parte integral de la vida Runa. El Kokakintu, que tanto se habla por ejemplo, es un concepto que tiene que ver con la cantidad, calidad, ubicación y hasta forma de sostenerlo.

Kokakintu es parte de un ceremonial que conocemos como Anqosay o Hayway.

Siendo el idioma, la esencia de la cultura, también lo son los alimentos. Y la Coca lo es. ¿Quién puede dudarlo? Sin embargo pretendemos verla como Un producto.

Si desconocemos el idioma, se pueden manipular impunemente los conceptos.

¿De dónde viene el término COCA, con el cual conocemos a esta planta, medicinal, alimenticia y ritual? O como dirían algunos antropólogos cristianos: ¿Mágico-religiosa?

La respuesta puede estar aquí:

Nuestro QOQAW

Cuando los runas preparan un viaje largo, una jornada de trabajo intensa, prolongada, peligrosa o indeterminada, entonces extienden una Lliklla o manta, y colocan ahí mote (maíz cocido) cancha (maíz tostado), queso, charki, habas secas tostadas o productos comestibles, energéticos que duren bastante tiempo y sean fáciles de transportar en poco espacio.

A ése paquete lo denominan Qoqaw.

Independientemente de cómo lo escribamos, ya que es otro problema el escribir un idioma con grafías prestadas.

Puede ser. Ccoccau, Ccoccaw, Jojàu, o Kojàu. El asunto es cómo suena, como lo escuchamos.

De ahí, a pronunciarlo, acudir a él frecuentemente, Qoqaw se va convirtiendo en Kokaw y de ahí a Koka.

Los etno-lingüistas llamarían a esto: transposición-etnolingüística-operativa, o algo así.

Pues la Koka cumple todos esos requisitos: Es alimento energético, transportable, sirve para realizar itinerarios difíciles, ascender hasta las alturas donde nos falta el oxígeno. Remplaza la sed, el sueño, el hambre, el frío y el cansancio por energía.

Es más: cuando los runas no saben cómo vendrá la mano en la suerte o dónde estará el ganado que se le perdió. O qué será de tal persona que no la vemos bien, o que no la vemos sencillamente… Acuden a la Koka.

Esta propuesta ha sido analizada, pensada, discutida y planteada por indios, runas o población originaria en reuniones donde se reparte la hoja de Koka, se la mastica, junto con las ideas y conceptos y se obtienen resultados. Los hermanos de un Ayllu en Lima me la regalaron para darla a conocer.


Ellos están organizados en la Comunidad Universitaria Quechua Aymara y nosotros la conocemos desde hace más de 11 años como la CUQA. Genaro Quispe Pineda, un indio quechua del sur andino fue el encargado de darme este regalo para ustedes.

Nuestro CHAQCHAY.

Otro ejemplo: Es clásico, decir que esta masticación ritual que los runas hacemos con la hoja de Koka, se llama Chaqchar.

Chakchay, en algunos pueblos de Ayacucho, no significa masticar. Consultado nuestro Director, Pacho Tincopa anota que aún mas. “La hoja de coca no la masticamos, hacemos lo que hacen todos: se va haciendo una envoltura, un bolo que se mantiene en un lado de la boca y se la hace reposar, introduciendo con cuidado la Toqra entre la envoltura de hojas de coca. De este modo hacemos el chaqchay para exprimir, derramar y regar nuestro interior con la savia sagrada de nuestra hoja de coca. Algunos linguistas han traducido Chakchar como masticar coca, pero me temo que es debido a que no sabían de que se trata en realidad. Cualquiera que no conozca piensa que hay que masticarla, es un error muy común”.

En todo caso es un verbo.

Sin embargo yendo al fondo del asunto, existen otros términos como Piqchar, Akullikar, Katipar, bolear, calear, coquear etc.

¿Acaso existen diferencias entre uno y otro término? ¿O son toditos iguales? ¿Acaso depende del lugar de origen de cada quién? ¿Norte, Centro o Sur?

Separando el polvo de la paja: Quitemos los términos coloniales, españoles o castellanos. Nos quedan:

Chaqchar, Katipar, Akullikar y Piqchar.

Chaqchay es la masticación física, que realizan los animales como la Llama, el Wanaku, la Vikuña o la Alpaka. Es un verbo de acción animal.

Piqchay, es la masticación ritual que los runas realizamos en jornadas de trabajo agrícola, pecuario o para largos viajes o extensas jornadas.

Para eso hay un lugar y un orden de entrega, una manera de entregar, una cierta forma de meterlo en la boca y una cierta manera muy especial de ingerirla, mantenerla en la boca y mezclarla con la ceniza de quinua llamada Toqra. Los ayumpares y mashineza utilizan el Chamairo. Los ashaninka lo llaman Llamunkote. Es el nivel más elemental, comprometido con la energía de la Koka. Es un verbo de acción Runa. Solo los runas lo pueden hacer.

Akullikuy es la masticación ritual comprometida de los runas. Es decir, es la participación activa en un ceremonial dentro de un recinto especial llamado Waka. Tiene también, no sólo su lugar y estilo, sino su momento y su compromiso de compartir: Ideas, sentimientos, experiencias, alimentos, vestimentas, música. En una sola palabra: Cultura.

Katiy: Es el último verbo runa, significa seguir o perseguir. Katikusum, significa: “Seguimiento” Katikushiani, significa: “Yo lo sigo”. Se deriva Katipaq. Significa: “Para seguir”. Sucede cuando estamos siguiendo a algo o alguien que nos interesa encontrar. De cuya vida dependemos o cuya vida depende de nosotros. Este término se usa en Wanuko y Waylas. La sierra norte. Como sabemos ahí casi se ha perdido el idioma originario, pero se conservan muchos términos originales del runasimi adaptados al español.

Cuando se ha perdido un ganado, acuden a la Koka para encontrarlo. Katipaq. Si quieren saber cómo les irá en tal o cual viaje, revisan la Koka para seguir un derrotero seguro.

De otro lado, Pacho, nuestro Director, agrega que: “La palabra quechua es Chakchay y presiento que proviene de chakachay que indica: ´hacer un puente que nos vincule´. En este caso un puente fisico y espiritual que nos viuncula a la coca”.

Resumiendo: De ahí vienen los términos derivados, Akullikusum, Piqchariy, Chaqchay, Katipaq. Cada uno con diferente sentido, distinto uso y distinta ubicación. Ahora, con la información debida podremos expresarnos con propiedad. ¿Cierto?

Igual si separamos la Koka de los runas. No podemos verla como un producto, un insumo o la reunión de 14 alcaloides.

La Koka es parte de la vida de los runas desde hace miles de años, porque los runas vivimos con ella y ella vive con nosotros. Porque no la tratamos como una cosa, sino como algo tan elemental para vivir como el aire, el agua, las Wakas, las estrellas, la música y los alimentos de nuestra tierra.

LA COCA Y NUESTRO MODO DE VIVIR.

Si queremos realmente defender la Coca, como un elemento de nuestra cultura, debemos asumirla así. Como parte de nuestra vida cotidiana. Hacerla parte de nuestra existencia material, económica, ideológica y cultural. Algunos dirían “existencia espiritual”, pero traería confusiones y discusiones con las religiones que están en boga hoy en día.

Vamos más allá de ciertas pautas morales y éticas.

Veamos:

El esplendor de la Coca, podemos apreciarlo en los rituales ancestrales que se conocen como Hayway o Anqosay.

Algunos lo llaman con mucha ignorancia “El Pagapu”.

¿Por qué es espectacular ese papel entonces?

Porque para realizarlo se requiere entender no sólo el idioma, las costumbres, la música y las vestimentas sino los momentos, los lugares, la historia y las tradiciones acumuladas en esas relaciones de cientos y miles años entre la gente, la naturaleza y la sociedad.

En una palabra, no se puede falsificar la cultura como no se puede falsificar la vida.

Cualquier persona no puede realizar, dirigir o participar de un ritual ancestral.

¿Acaso en nuestra sociedad actual cualquiera puede construir un edificio, o cualquiera puede operar del cáncer a un enfermo? Normalmente acudimos a un especialista que dedica toda su vida a ese menester.

En el Hayway o el Anqosay se ponen de manifiesto no solo los conocimientos heredados de la cultura, sino que se erigen, o rescatan los lugares donde se realizan estas reuniones.

Es más, la gente se organiza en fechas simbólicas y se compromete a participar y hacer participar a los demás miembros de su Panaka.

Acudir a un evento de este tipo significa conocer y reconocer las propiedades de la Coca, como de la chicha, de los K`eros, de la Lliqlla, de las Wakas… etc. etc.

De ahí viene que defender la coca como medicina, como alimento o como emblema ideológico de nuestra cultura no es suficiente.

Es necesario también defender los alimentos, la medicina, las edificaciones ancestrales a la vez que el idioma, la música, las danzas y todo el patrimonio cultural tanto material como inmaterial heredado de nuestros ancestros.

Lo ideal es que esta defensa intransigente de nuestra Cultura, pase necesariamente por la práctica social organizada.

Me refiero a que deberían encabezarla los líderes de la sociedad como los dirigentes cocaleros, las autoridades municipales, los directores de colegios tanto como los Congresistas y los líderes de los diversos partidos políticos que asumen los principios del Nacionalismo, la Cultura Andina Amazónica o “Tawantinsuyana”.

Me refiero a que, por ejemplo, para instituir un día al Kokakintu, deberíamos de habernos preocupado primero en investigar los lugares arqueológicos que servirían de escenario para tales rituales. Así como las fechas astronómicas, históricas o culturales que reflejen tales conocimientos.

Es muy sencillo ponerle el nombre primero y preguntar después por el significado. ¿Acaso no ha sido una empresa extranjera la que hace más de 50 años bautizó a una bebida gaseosa con el nombre de nuestra hoja de Coca? Actualmente nadie, sino son ellos, pueden utilizar el nombre de ese producto comercial para diversos fines. ¿Y han pagado algo por ello acaso a alguno de ustedes?

Resumiendo: Defender la cultura es defender la vida con todos y cada uno de sus componentes en conjunto. Y no solo los instrumentos, sino los espacios, la organización y los conocimientos.

DEFENDAMOS LA VIDA

¿Por dónde empezar?

Generalmente por lo más sencillo y lo que usualmente no cuesta dinero: Por nosotros mismos.

Los Municipios podrían instituir -asesorados por especialista en historia, arqueología, lingüística entre otros- un Calendario Andino donde se recuerden adecuadamente las fechas, fiestas, reuniones, actividades ancestrales perdidas hace más de 500 años.

Los directores de colegios podrían instituir juegos florales donde se premie y estimule la creatividad de los niños en esta dirección: la Identidad y la Cultura.

Los profesores podrían recopilar cuentos y leyendas locales o regionales donde se transmita el acervo cultural de nuestros ancestros. Leyendas del Tunche, los Pishtakuq, el Chullachaki.

Los padres de familia (es decir todos o cualquiera de nosotros) podrían ponerles nombres adecuados a sus hijos, de manera que reflejen ese orgullo por su pasado ancestral. Rumi, Hayri, T`chosen, Killa, Kusi -entre otros- frente a los actuales nombres extranjerizantes que abundan.

Los jóvenes que se sientan comprometidos con su cultura milenaria podrían consumar su matrimonio en una Waka con un ritual magnífico a cargo de los Paqos o Machulas.

Los adolescentes podrían participar en los rituales de iniciación en fechas especialmente organizadas por la población. Se denominan Warachikuy para los varones y Kikuchikuy para las damitas. Los Yanesha conocen esta festividad de iniciación femenina como el Ponap Nora, los Shipibos la denominan Chuntako. Los Ashaninka lo llaman Neventinkaro. En las demás culturas amazónicas se llama “La Chica en la Choza”.

Es decir, hay hermanos muchísimo que hacer. Pazonki, Paracios, Hinallatapis, Muchas Gracias.

Yanajaca. Kapaq Inti Raymi. Diciembre de 2010.


Pukiu llaqtapi Yaku Raymi

FIESTA DEL AGUA EN PUQUIO.

Por: Juan Francisco Tincopa Calle

Pukiupi Yaku Raymi ó La Fiesta del Agua en Puquio, comúnmente conocida como “La Sékia”(pronunciación corta del vocablo castellano acéquia), es un evento que conmueve profundamente a mas de 15 mil habitantes de nuestros ayllus ancestrales de Puquio: Qayau, Pichqachuri, Chaupi y Qullana. Lo que transcurre en esos días, del miércoles de la segunda semana al miércoles de la 3ra semana de Agosto, es en verdad una organizada y respetuosa secuencia de eventos espirituales, ceremoniales y festivos, que envuelven a la comunidad por completo y que forman parte de una de las mas importantes celebraciones a la Pachamama, a la vida, al mundo que nos cobija, esta vez en la persona del Agua, nuestra fuente de vida y alimento esencial.

Las personas humanas estamos formadas en un 70%, por agua. No es ese suficiente motivo para considerarla sagrada? Así lo consideramos en nuestra cultura. La nieve, las lluvias, los lagos, mares, ríos y manantiales son, en conjunto, el agua del planeta tierra en el que vivimos, éste también es un ser que reproduce similar complejidad de las relaciones e interrelaciones como nuestra biología humana. La vida misma hace de cada uno de nosotros parte y/u organismo del otro, de modo que todos estamos interrelacionados en permanente balance y equilibrio, del mismo modo que nuestros órganos del cuerpo humano. Agua, Fuego, Minerales, Vegetales, son partes esenciales de la existencia de todos y cada uno de los seres vivos, pero el agua es la más importantearte sin la cual nuestra vida sería imposible.

La ciencia y oficio de vivir en comunidad, aprendido durante mas de 10 mil años por nuestros ancestros, consiste precisamente en saber hacerlo en balance, equilibrio, armonía y cariño con el agua como con todos, y fructificando la alegría de nuestro paso por este mundo.

Durante siglos y posiblemente milenios, los ayllus de Puquio realizan esta celebración, que empieza con la ceremonia sagrada en la Kulluma del Huamani Don Pedro Orqo y los distintos puntos donde se hacen los sucesivos Chaninchay o “Pagapas”, que equivocadamente se suele, interpretar como un ritual de “pago a la tierra”. Estas experiencias siempre implican un rico aprendizaje y fortalecimiento de la espiritualidad, gracias a los conocimientos ancestrales que rescatamos con el ejercicio de nuestra memoria ancestral, transmitida de generación en generación, de manera simple y profunda a la vez.

El Yaku raymi nos hace recordar que celebramos la vida, porque sabemos vivir en balance, equilibrio y armonía, celebramos a la Pachamama, por que ella nos cobija y nos hace fructificar, celebramos al agua por que ella es la savia de vida que nos alimenta. Y lo hacemos en la persona de los Apu Huamánis que nos brindan generosos esa savia, sangre de sus venas, para alimentar a todos y cada uno de los que convivimos en los ayllus. Que motivo tan hermoso para hacer fiesta, para disfrutar, al mismo tiempo que respetarnos.

Huamani Don Pedro Orqo:
Protector de los ayllus de Puquio

Nuestros ayllus en Puquio celebran y hacen fiesta, rogando y agradeciendo, implorando a la Pachamama y asumiendo la responsabilidad de corresponderle con respeto y cariño. La alegría general se da en dicho contexto sagrado y espiritual.

En esta celebración, la comunión con el gran espíritu sagrado, Yaya, o Dios, se hace visible por y a través del agua. Nuestro modo de vida teje un aprendizaje en la relación armoniosa y equilibrada con la naturaleza misma, por eso para nosotros Don Pedro Orqo es Qaqru Yaya, padre protector de los ayllus de Puquio.

Qayau y Piccqachuri, concurren hasta un punto, y Chaupi hasta otro; posteriormente en Setiembre Qullana, asiste a un punto más cercano. Esta dispersión fue promovida por los occidentales para generar la división. Este ha sido un proceso de varios siglos. Pero pese a todo hemos mantenido vigente la tradición y siempre estamos tratando de recuperar la hermandad de los cuatro ayllus de Puquio. Los factores externos presionan para dividirnos, nuestro Padre protector, el Huamani Don Pedro Orqo, nos recuerda permanentemente que somos hermanos en su sangre, el agua sagrada con la que todos vivimos.

Por eso, con el Alba y las visitas anunciadoras de la Celebración, los Aukis y Pongos preparan a puerta cerrada, con toda devoción, las ofrendas que hemos de llevar a nuestro Huamani Don Pedro Orqo, que es un apu, poderoso ser de nuestra sagrada Pachamama. En horas de la noche, se hace un despacho a estos mensajeros de la comunidad, donde asisten autoridades comunales, varayuqs y los cargontes y sus kuyaqs, para despedirles y desearles que la jornada sea sin contratiempos. Que la luna los guíe y no extravíen el camino; que no se les crucen malos espíritus o malas señas; que tengan suficiente fuerza y valor para cumplir con rigurosa puntualidad la tarea encomendada.

Auki y Pongos, caminan a paso constante desde las 9 de la noche del día Jueves hasta minutos antes de las 6 de la mañana del día Viernes. En ese momento y al primer rayo de luz que nos envíe nuestro padre Sol, ha de iniciarse la ceremonia sagrada del Chaninchay, en la misma cumbre donde esta la Kulluma, en la que durante cientos y miles de años se hace la ofrenda principal a nuestro Huamani, Don Pedro Orqo, cuyo nombre oríginal es Qaqru Yaya.

Ceremonia sagrada y respetuoso cumplimiento del Chaninchay

De las venas de nuestro Huamáni, brota el agua que bebemos en Puquio, la misma que además riega nuestros cultivos, dándonos de esta manera la posibilidad de vivir. Todo lo que fuimos y somos los ayllus de Puquio se lo debemos a don Pedro Orqo y su savia o sangre vital: El agua. Por eso celebramos con júbilo esta fiesta, y por eso, debemos respetar y seguir con el mismo recogimiento de milenios, la ceremonia del Chaninchay, parte fundamental de la Fiesta del Agua en Puquio. De hacer correctamente nuestras ofrendas, de cumplir respetuosamente las instrucciones sagradas de la pachamama, que nos indica como debemos vivir sin odio y en armonía; el año siguiente las cosas irán bien, habrá buen tiempo, buenas lluvias, y si hacemos buenas siembras, y cuidamos como es debido nuestras plantitas, tendremos buenas cosechas. Así ha sido siempre, desde el tiempo de los abuelos.

El Chaninchay es la ofrenda que entregamos con profundo respeto y cariño a nuestro huamáni, y esta constituida por los kawsay o alimentos que fructificamos en los ayllus, las papas, Ocas, Mashuas, Quinua, maíz, etc. Las flores, las chichas, los animalitos (hechos con la masa de llampu y chicha) con quienes nos criamos: vaquitas, ovejitas, perdices, cóndores, etc. Siempre se invoca y tiende al Koka Kintu, se sella la mesa y la “caja de ofrenda” con llampu, y se adorna con claveles en lautón Todos los que vivimos y nos criamos en ayllu. Hay muchos detalles ceremoniales que solo compete manejar al Auki y los pongos. La comunidad de Chaupi solía aun sacrificar una llama o alpaca juvenil. En el chaninchay estamos expresando nuestro agradecimiento y al mismo tiempo estamos invocando la protección del Huamani y la Pachamama, para comenzar una nueva temporada de siembras y fructificar la vida, en todos y cada uno de los seres, y en todos los aspectos.

Estamos ofrendando lo que hemos logrado, en una especie de entrega de resultados de nuestra vida en obediencia de las instrucciones sagradas de la Pachamama. De no ser así, y si el Auki incurre en errores graves de comunicación y respeto, el año que viene, hemos de tener las dificultades propias de este desbalance y falta de sinceridad. Si al abrir la caja de ofrendas del año pasado, las semillas de la ofrenda han fructificado, esta es una buena señal, todos estamos contentos y nuestro entusiasmo y sentimientos de gratitud nos desbordan.

Camino a la Kulluma, se hacen varias ofrendas en puntos de la ruta que son ya señalados y conocidos por los Aukis. Todos son importantes de modo que no se puede olvidarlos, eso nos indica también en la vida de las comunidades la actitud de consideración que debemos tener hacia todos los demás. Posteriormente a la ceremonia en la Kulluma, aun hay un importante Chaninchay que se hace al descender, en la falda del Huamani, de donde brota un manantia. Se debe caminar por la acequia con el agua corriendo entre los pies, a una altitud y temperatura realmente heladas, todos beben del agua sagrada en el ojo de manantial, a las 7 de la mañana y con el viento frío de Agosto. Ese sorbo de agua es de un sabor exquisito, indescriptible.

Camino de retorno del chaninchay, desde las 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde aproximadamente, que debe llegarse al punto llamado Muyalla (para Qayau y Pichqachuri) y Urabamba (para Chaupi). Cuando nos acercamos al reencuentro con nuestros ayllus, Los Aukis han adornado sus sombreros con el waylla ischu y sus cruces con la flor de qantu. Así, en ordenada fila de hermandad, se empieza a entonar el canto sagrado de Celebración a nuestro Huamáni e inicio de la Fiesta del Agua. En ese canto se expresa la actitud de respeto y cariño a nuestro Huamani como a todos los Huamanis; la disposición de limpiar nuestro corazón de el odio y las bajas pasiones; y la profunda evocación a la vida armoniosa en los ayllus.

"Angusay" en Muyalla y Urabamba


Hacia Muyalla y Urabamba, han concurrido el Viernes, desde medio día, todos las familias de los ayllus de Qayau Pichqachuri y Chaupi. Algunos lo conocen como el día de la “Picantada” porque allí, todos sin excepción, son invitados a servirse los alimentos llevados por las mamachas de los ayllus, cargontes, kuyaqs, y colaboradoras. Todas las familias que se sienten gratificadas por el Huamani, nuestra pachamama, y el agua que nos brinda, participan al unísono y concurren al Angusay, donde brindarán sus diversos alimentos: tamales, patachi de trigo, puspo, teqte, oca, papa, llama kanka, sara lawa, etc. y abundante chicha.

Esta tarde el jubilo es general, hombres, mujeres, niños y ancianos, todos por igual están hermanados en el disfrute de los frutos del agua. Simultáteamente, flautista y la niña danzarina, los danzantes de tijeras, los negritos y los sallqas o llamichus, han concurrido a contribuir con la alegría, poniendo la cuota de música, parodias y la expresión corporal extraordinaria de sus danzas. Cada personaje tiene una función y un mensaje que dar, pero todos han concurrido allí para testimoniar su agradecimiento al Huamani por el agua que nos regala, y brindar con ella, en un saludo de cariño, el anqusay que teje los brazos y abrazos de todos los comuneros de manera general en un concierto de colores y sonrisas y alegrías que realmente son el rostro viviente del ayllu, de la alegría de vivir en comunidad.

Los llamichus o sallqas son personajes de mucha significación, porque simbolizan la conciencia ancestral, y enrostrados en los tejidos y vestidos hechos de las llamas y alpacas, interactúan con todos los asistentes, llamándoles la atención sobre su olvido y recordándoles de donde venimos y que no hay que sentir vergüenza de lo que somos. En su contraparte, los Nakaq o negritos, hacen la parodia de los capataces, impuestos por el coloniaje principalmente en la minas, simbolizando la prepotencia y la agresividad del llamado mestizo, mientras en su uso de castellano se nota el acento mas bien femenino. Contrariamente a los sallqas que solo hablan quechua, simbolizan a los indígenas mas marginados y que viven en las punas, pero he aquí que están llenos de sapiencia y vitalidad, y su juego lleno de ironías y bromas picantes, hablan con acento paternal.

La tarde del anqusay, es una manera de recordarnos que somos beneficiarios de un regalo precioso: La sangre del Huamani don Pedro Orqo, el agua que nos da la vida, y que la manera de ser agradecidos con este precioso regalo es manteniéndonos hermanados en el Ayllu. Todo lo que fructificamos hay que cuidarlo y hay que cuidar que nuestras relaciones sean siempre de hermandad con todos.

Así es que en el momento cumbre de la tarde, todos se acercan a ambos bordes de la acequia donde discurre el agua, y con sus mejores ropas, sombreros, mantas coloridas y alegría desbordante, al momento indicado por el Auki, luego de hacer el respectivo chaninchay en el punto indicado, inician un intercambio de brindis que comparten con sus vecinos, y con todos los asistentes: Chicha de qora, de ayrampo, de molle, de quinua, junto con licor de caña o todo licor que provenga del fruto de la tierra, por toda la fila en un concierto que parece interminable. El anqusay no es para emborracharse ni cosa parecida, es un ritual sagrado de brindis entre los miembros de toda la comunidad, todos en general, y el Agua, el Huamani, la Pachamama. Por eso, cuando se brinda, el primer sorbo, convertido en chorro, va hacia el agua en su mayor cantidad, que de este modo, como un ser vivo y sagrado, brinda con nosotros. No se puede brindar prescindiendo del agua, lo importante es el brindar con y a través del espíritu sagrado de la Pachamama y el Huamáni que nos han regalado el agua y la vida misma.

El Ayla, la mas hermosa celebración del florecimiento.

El día sábado es dia de Ayla. Todos asistimos, comuneros de Chaupi, Qayau y Pichqachuri, o visitantes de otras comunidades y/o turistas que visitan Puquio. Qayau y Pichqachuri lo hacen desde el estanque de Churulla y Chaupi desde las acequias de Llallpu. (como ya dije, Ccollana tiene su celebración en Setiembre). Aquí, siendo una zona muy próxima a la ciudad se nota asistencia mucho mayor de visitantes y la algarabía general se concentra en la participación de los danzaq, nakaq, sallqas y flauteros. Todo en el ambiente esta preparando la despedida de la etapa ceremonial, y el inicio de la etapa festiva de celebración de la juventud.

Los danzantes ofrecen lo mejor de si, los nakaq y sallqas igualmente, llegan incluso a hacer representaciones teatrales de enfrentamientos, juegos en el agua y otras parodias jocosas. Los Aukis y pongos convocan a los asistentes a un anqusay con el que pediremos permiso al Huamani y la Pachamama, para retirarnos hasta el próximo año y aprestarnos a celebrar el florecimiento de la juventud que se ha de iniciar con la música, canto y baile del Ayla, hasta llegar a la ciudad.

Todos están invitados a participar de este anqusay y así, se abre aun mas la capacidad de hermanamiento de los ayllus. Comuneras y comuneros, niños jóvenes y ancianos, todos participan del anqusay y brindan con el agua y la pachamama, y a través de ella y con ella, brindar por el futuro promisorio del pueblo. Los sallqas siempre tratan de poner orden en el procedimiento tradicional y estimulan a la participación de todos.

Concluido el anqusay de despedida. Los Aukis, pongos y las autoridades del ayllu y cargontes de la fiesta, encabezan la caravana hacia la ciudad y se detienen unos kilómetros antes en el punto desde donde deberá partir el Ayla.

Allí, muchachas y muchachos en edad de florecimiento son convocados espontáneamente o de lo contrario son atrapados por las huaracas de los sallqas y nakaqs para formarlos en fila, hombres y mujeres, haciendo una colorida comparsa, con los cargontes, sus músicos, sus kuyaqs y amigos. Las muchachas y muchachos, solían usar sus mejores vestidos, sombreros y chalinas, típicos para la ocasión. El arte del tejido y confección de vestidos de la lamentablemente se está perdiendo y es reemplazada por la moda occidental y o los vestuarios de folklore de otras zonas. También las muchachas y muchachos han perdido el entusiasmo e iniciativa para aylar espontáneamente debido a la influencia de la moda citadina y la aculturación creciente, sin embargo, el compás de la música del arpa y violín, y su contagiante alegría, logra arrancar de su secuestro cultural a algunos y siempre se forma la comparsa que se abre paso entre la multitud, con su inmensa dosis de alegría, canto y danza contagiante.

El Ayla es una música, cando y danza que surge del amor y dedicada al amor en nuestros ayllus. Cuando es tiempo y momento para que brote el amor de pareja, nuestros abuelos nos enseñaron a respetarlo y a protegerlo. A los jóvenes les asiste el derecho de crecer y convertirse en adultos; para nosotros la adolescencia no existe, porque no impusimos carencias, desde niños éramos criados preparados para crecer y en nuestro mundo, no había tiempo para divagar. Era producto de una sabiduría ancestral que sabía observar y asumir el florecimiento de la juventud y se prepara para apoyarlos en el paso siguiente: la formación de pareja. Por eso, el Ayla es el una forma de bendición de la pachamama para dar inicio a una nueva etapa en la vida: La juventud.

En las últimos tiempos, la presencia de costumbres ajenas al ayllu y el creciente abuso del alcohol, fue empañando e intentó mansillar la imagen del Ayla y el baile en la fiesta del Agua en Puquio. La población citadina de origen hispano veía la fiesta del agua con desprecio, como fiesta de indios y afortunadamente durante mucho tiempo se mantuvieron al margen, pero algunos jóvenes y adultos bohemios alcoholizados hacían correr el rumor de que era una fiesta excitante en la que se podía hacer un “arrrastre” de una “chola”. Es decir, escondidos en la oscuridad de la noche, enfundados en ponchos y cubiertos el rostro con chalinas, podían entrar al baile (siempre fue abierto a quien quiera bailar), acercarse a una muchacha que le permita ingresar, emborracharla y luego abusar de ella. Rumores infundados como este, el alcohol y la violencia, fue introduciéndose en la fiesta paulatinamente, hasta casi desnaturalizarla por momentos.

Sin embargo, La belleza e integridad del Ayla se mantiene por encima de los factores de destrucción, y sus contenidos ancestrales están en posibilidad de recuperarse. Cuando los Aukis y Pongos, los padres de familia de los ayllus, los cargontes y los kuyaqs, lo hagan posible, podremos volver a encontrarnos con una majestuosa comparsa de música, canto, danza, colorido y alegrías sin igual, anunciadoras del ritual de florecimiento de una juventud, plena de esperanza en el amor, en la familia y en el futuro de los ayllus.

Poder mirar el desplazamiento de las comparsas de Ayla que llegan hacia Puquio, aún entremezcladas con jóvenes, adultos, ancianos y niños, es un panorama de extraordinaria belleza y su música y canto, un himno contagiante de jubilo ante el florecimiento. .

El baile danza de la “Sékia”: El ritmo contagiante del corazón.

A media noche del sábado, y hasta el día martes, el baile danza de la “sékia”, se instalará en las calles de los barrios de la ciudad: Pichccachuri, Qayau y Chaupi. Los cargontes y sus kuyaqs salen a ofrecer generosamente la música contagiante de la alegría, a todos y cada uno de los participantes y visitantes. La algarabía es general y el ir y venir del gentío en medio de las vianderas y vendedores le dan cada vez más un aspecto de feria, y en torno al arpa y violín de cada cargonte pueden danzar los grupos que quieran y estén preparados para ello. Un brindis respetuoso a los músicos es la única autorización para ser acompañados por 10, 15 minutos o mas en un incesante danzar al compás de la música y ritmo característico de esta fiesta, cuyos orígenes se pierden en las luces del tiempo.

Es un baile danza ceremonial diría yo, y la ceremonia trata de percibir y exteriorizar los sonidos del ritmo del corazón, cuando esta alegre y enamorado. Los pasos son enérgicos y suaves a la vez, atrevidos y gentiles, serios y coquetos. Los hombres y las mujeres por igual, se entregan íntegros a la alegría, la exaltan y la adoran sin reservas.

Nuestras tradiciones siguen las pulsaciones de la vida, y tienen la virtud de estimularla, adorarla, fructificarla. Los grupos han de danzar en círculo, bajo la vigilancia del mayordomo que danzara al centro con un lazo al aire dispuesto a aplicarle a quien no baile adecuadamente. Y la secuencia tiene sus pasos y saltitos característicos, avances y retrocesos, giros en ambas direcciones que se ejecutan cada intervalo. Pueden ser grupos mixtos de jóvenes, también de adultos y también de ancianos. Los niños tampoco están excluidos y hacen su aprendizaje cada que pueden entrar en escena en torno a los músicos.

Ultimamente, se puede observar algunas distorsiones que traen los jóvenes que regresan de la capital y se emborrachan perdiendo el sentido de la danza; solo quieren divertirse y en un afán agresivo caen en el desorden y la violencia. Antes en el contexto de danza de la “sekia” se podía dar, el ritual de sentido profiláctico: el “siqullunakuy”, que enfrentaba a jóvenes rivales circunstancialmente enemistados. Las peleas tenían ese sentido de control social de la violencia, y debía darse obedeciendo las reglas de respeto y límites. Peleas limpias como se decía. Este tipo de manejo de la violencia fue poco a poco perdiéndose y en su reemplazo, el alcoholismo y la delincuencia juvenil, han tratado de imponer la violencia citadina insana, algunas veces con trágicos resultados. Los enemigos de las costumbres ancestrales hicieron correr el rumor falso de que para el indígena: “si no hay un muerto, no es fiesta”, lo cual hace que personas que no conocen el ayllu y su cultura ancestral, se pongan una venda y ciegos, no puedan ver ni disfrutar la fiesta en toda su intensidad, desborde de alegría y fraternidad.

Terminado el baile danza de la fiesta de la sékia, los cargontes y mayordomos, se preparan y salen al despacho, una ceremonia ritual que tiene sus propios cantos y su propia musica inevitablemente triste. Todos los kuyaqs y quienes hayan participado de el Yaku Raymi, pueden y deben participar. Deben encomendarse al espíritu de nuestro huamáni y la pachamama, y despedirnos con respeto y cariño, hasta el próximo año. Se sabe que de no ser así, las desgracias pueden estar esperándonos en el camino. Las Chichas calientes y las limpias por parte de los Aukis, están a la orden del día, para quienes lo deseen.

Se podrían escribir muchos libros al respecto. Pero lo importante es preservar y enriquecer sus esencia y valores culturales pocas veces vistos en el mundo. Una música y ritmo que es la conjugación de los sentimientos de alegría. Tan profunda es la música que cualquier persona de cualquier parte del mundo, puede conectarse, sentirla y disfrutarla. Como suelo decir: hace bailar hasta a los cojos.

La vida para nosotros reproduce los caminos del circulo, no tiene un curso lineal; por eso retornamos siempre en el curso de una Wata ( año), maduramos con memoria y avanzamos con pequeñas y grandes evoluciones. Asimilamos y fructificamos, aprendemos también de nuestros errores, y siempre somos agradecidos con la vida. Los ayllus de Puquio somos pueblos de profunda espiritualidad y el Yaku Raymi, que significa “por, en homenaje, para, o celebrando al Agua” no es una fiesta cualquiera, sintetiza nuestro modo de vida con balance, equilibrio, armonia y reciprocidad.

Leo Casas:

Runa ayayuq yuraq qaracha.
Un blanco con alma de Indio.

El investigador-músico-cantante Leo casas recuerda algunos pasajes de su vida en las cuales tuvo que luchar contra la discriminación y el prejuicio. Y “la lucha continúa”, dice.

Cusqueño de nacimiento, de padres apurimeños y ayacuchano por adopción; casi dos metros de estatura, cabellos castaños ahora encanecidos y ojos sumamente claros; desde muy pequeño habla perfectamente el español y el quechua, tanto que ahora es un gran especialista en ambos idiomas.

Nació en Mollepata una remota provincia de Apurímac donde fue la oveja blanca. Estudió en Abancay, la capital apurimeña, y cuando cursada el quinto de primaria un profesor cetrino le preguntó cierto día: “¿Qué hace usted aquí entre indios?”.

Entonces Leo le clavó sus ojos claros al maestro, y éste continuó: “Con esa cara, con ese apellido, con esa talla deberías ser otra cosa, pero eres un solo un indio con cara de gente”.

—Lo gracioso de esto es que el profesor era un indio a quien le decían “Chuño” por la forma de su cara —dice don Leo casas en este restaurante-bar sin nombre, donde, a veces, a él le gusta conversar con los amigos.

En aquellos tiempos en Abancay los niños blancos eran una especie de auxiliares del profesor que les otorgaba a ellos un libro y palo con el objetivo de que el palo sirva para castigar a los niños quechua hablantes que leyeran incorrectamente el libro en castellano.

Misterio

Que su familia ha llegado a Mollepata fue siempre un misterio; pero lo bueno de eso fue que él aprendió en aquel mundo serrano que la único forma de acabar con los abusos contra los indios es luchando; aprendió que en el país había (aún hay) una división brutal entre blancos e indios; que somos un país de cholos choleadores, donde la ilusión de la igualdad no ha vencido aún las taras de la discriminación y el racismo.

“Fui un niño enteramente feliz, viví entre gente que me adoraba. De mi padre, que era un guitarrista excepcional, quizá heredé la vena musical, aunque a mi madre también le gustaba la Música. Él tocaba y ella cantaba, y yo aprendía de los dos los misterios tan bellos de la Música andina”, dice y una nubecita de nostalgia se apodera del lugar.

Como 500 hermanos

Sigamos, no es momento para tristezas. La madre de Leo casas, doña Augusta, fue la partera no solo de Molleta sino de todos los pueblitos cercanos a éste. Es así que Leo se convirtió en hermano espiritual de todos los niños que con ayuda de su madre habían visto la luz.

“Te puedo asegurar que si viajara ahora mismo a cualquier pueblito cercano a Mollepata encontraría de todas manera a alguien que se acercaría a mí para abrazarme y decirme: hermano, has vuelto. Todos los niños que nacieron en brazos de mi madre son mis hermanos espirituales”, dice

Su madre, además de ternura, le enseñó la alegría de la vida. Era de aquellas mujeres que eran dueñas de la vida y podían armar la fiesta en el pueblo con cualquier motivo. Algo de esto tiene Leo, quien puede armar una fiesta incluso en los lugares más insólitos.

Fiesta en la calle

Sabemos de aquella peculiaridad de que Música se puede hacer en cualquier parte y lo invitamos a hacer realidad ese aserto y armar una fiesta. “Vamos a esa callecita cerca de la sede de la CGTP en la Plaza 2 de Mayo, a esa callecita donde venden instrumentos musicales”, propone alguien. Vamos.

Nos acercamos a unos vendedores que tienen caras de puneños. Era verdad. Leo casas empieza. “A ver, páseme una mandolina”. La señora le pasa el instrumento ante la mirada desconfiada de su esposo. “Quiero probarlo, no se preocupen. Parece desafinada”, dice. Hace algunos ajustes y la mandolina empieza cantar y llorar en sus manos. Sonidos andinos crean un silencio del que se apodera de inmediato y mientras sigue tocando los rostros de los vendedores cambian y cambian. Toca como dos minutos y se gana otros dos minutos de aplausos.

—¿De que parte de Puno son? —pregunta Leo casas a los dueños de la mandolina.

—De Ayaviri.

—Ah, Ayaviri. A ver si recuerdan esta canción.

Leo casas canta y toca en aymara. Natividad y Apolinar lo miran raro y él sigue tocando. Los comerciantes aplauden; pero no cantan. Leo casas ya entró en onda y piden que los esposos lo acompañen con la voz.

—Es que no sabemos aymara —grita Apolinar.

Los curiosos que han llegado a la tienda de instrumentos rompen en carcajadas. Leo casas también ríe y cambia de canción. Ahora canta en quechua y Natividad y Apolinar cantan con él. Los curiosos aplauden. Se arma la fiesta y Leo casas está ahora en su salsa, tocando un huayno al aire libre.

“La Música es un cosa tan especial que puede unir, cohesionar todo un pueblo, una sociedad. Nadie sabe qué guarda la Música que hace cambiar para bien a la gente. Usted ha visto como los puneños cambiaron de actitud con la Música. Yo siempre supe que la Música es una arte que engrandece a la gente. Por eso he recorrido casi todo el país, pueblo por pueblo, alegrando a la gente.

El arte es algo maravilloso; por eso es importante que el Ministerio de Cultura haga un trabajo muy cuidadoso para que ayude a los cultores no sólo de la Música sino de todas las artes a fin de que los artistas brinden lo mejor de sí a favor de su comunidad, sin discriminación, sin favoritismo, sin decir que esto es mejor que aquello, respetando las costumbres de cada pueblo o región, etc.”, dice.

Traductor

Al escritor José María Arguedas le causaba admiración que Leo casas pudiese recordar tantas canciones de los pueblos más remotos del país y que además pudiera traducir del castellano al quechua y viceversa. Esa habilidad, que con el tiempo se transformó en erudición, de alguna manera también se la enseñó su madre.

Ocurre que su madre no sabía leer y escribir y por ello tenía algunas dificultades pues otra de sus labores principales en Molletapa era enseñar la palabra de Cristo a los campesinos.

La señora, sin saber leer ni escribir, enseñaba además a cantar y daba consejos sabios a todo el que quisiese. “A ver Leo, hoy tienes que ayudarme en algunas cositas. Me dirás que dice este libro y este otro”, eran algunas órdenes de su madre.

Así el niño Leo casas, leyendo libros y escribiendo a pedido de su madre, se convirtió en un conocedor del castellano y el quechua y ahora es virtuoso traductor, conocedor de las variantes dialectales del quechua peruano desarrolladas en Bolivia, Ecuador, Argentina, Colombia, Chile.

“Gracias a mi madre, yo leí La Biblia. Además recuerdo que yo era el encargado de leer las cartas que mis hermanas espirituales enviaban a Abancay. Las cartas estaban escritas en castellano y yo las traducía al quechua para que me entendiera la madre de mis hermanas espirituales. Luego ellas me dictaban en quechua sus respuestas y yo las escribía en castellano. Quizá eso sea el origen de que yo pueda ser ahora un traductor. Recuerdo que Abancay traduje casi todo ‘El Quijote’ al quechua para mostrarlo con novedad en el pueblo”, dice.

Aquí una aclaración. Su madre sí venció el analfabetismo, digamos. “A los 64 años de edad, le enseñamos a dibujar su nombre. Era muy sabia. No sabes lo que ella podía hacer, creaba canciones, enseñaba Música, enseñaba cómo vivir”, dice, con otra noble tristeza.

"Qué cojudo eres"

Al brillante estudiante Leo casas, el ministro de Educación Carlos Cueto Fernandi le concedió una beca a raíz de que ganara un concurso de poesía. Podía estudiar lo que quisiese, en la universidad que quisiese, aunque a Cueto y a su esposa les hubiese gustado que estudiase en La Católica. Leo casas eligió la Facultad de Derecho de San Marcos. La beca era integral. Cubría estudios, vivienda, alimentación e incluso dinero para la recreación dominical.

Pero para él la beca tenía algunas inconvenientes. El dinero venía de un programa educativo de la OEA cuyo mayor financista era Estado Unidos y de una minera norteamericana y prohibía que el becario realizara actividades políticas. Esto le molestaba a Leo casas porque creía que estaba estudiando con el “dinero de imperialismo” y quería seguir siendo libremente dirigente estudiantil.

En aquellos tiempos tenía ya inquietudes políticas y se consideraba de izquierda y se sentía mal teniéndolo todo mientras sus compañeros la pasaban mal. “Eran tiempos en que ser obrero era lo máximo y yo renuncié a la beca y no sabes que bien me sentí. Fui a contarle la noticia a mi amigo Hildebrando Pérez para compartir mi alegría con él. Hildebrando me escuchó la noticia y me dijo: qué cojudo eres, compañero. Fue la única vez en mi vida que le escuchado una lisura a Hildebrando”, cuenta.

Leo casas es un hombre sano y bueno que ahora es ejemplo de solidaridad y amor a la cultura andina. Sigue luchando a su manera contra los abusos, contra la discriminación en perjuicio de la cultura andina.

Su canto regala alegría y el sonido de la mandolina es Música grandiosa. Se considera un indio blanco y por indio conoce los problemas del país. Es un amante de la Música andina. Leo casas es viajero andino que va de pueblo en pueblo dejando sabiduría.

Paco Moreno / Diario La Primera.

Imaynam kichwapi qillqana

Como escribir en Quechua.

Por: Runasiminet - PUCP.
(Viene de la edición No. 12)

En esta última construcción, dado que el verbo kay aparece en su forma conjugada, en la tercera persona solo se coloca el sufijo validador –mi.

Sufijo validador –m / -mi

La terminación –m / -mi se llama sufijo validador o evidencial. Lo que este sufijo añade al sentido de la oración es que el hablante tiene certeza con respecto a lo que dice, ya que lo ha visto directamente y, por tanto, constituye información de primera mano. Por ello, lo empleamos cuando hablamos con certeza sobre los hechos.

Este sufijo tiene dos formas. Si la palabra termina en vocal, el sufijo se realiza como –m; mientras que, si la palabra termina en consonante, la realización del sufijo es –mi.

• Ñuqa Carlos-mi kani ‘yo soy Carlos’

• Ñuqa Pedro-m kani ‘yo soy Pedro’

Dado que, como ya señalamos, el verbo kay ‘ser’ no se emplea en tercera persona, este sufijo puede hacer las veces del verbo ser.

• Carlos Huancayumanta-m ‘ Carlos (es) del Huancayo’

• Pay yachachiq-mi ‘él (es) profesor’

Finalmente, hay que señalar que el sufijo –mi se puede colocar, teóricamente, sobre cualquier palabra de la oración. Por ello, se coloca sobre la palabra más importante, aquella que se quiere resaltar; a esto se le llama el foco de la oración. Por ejemplo:

• Carlos-mi kunan t’antata mikhun

‘Es Carlos quien come pan ahora’

• Carlos kunan-mi t’antata mikhun

‘Es ahora que Carlos come pan’

• Carlos kunan t’antata-m mikhun

‘Es pan lo que Carlos come ahora’

• Carlos kunan t’antata mikhun-mi

‘Carlos come pan ahora’

Cuando se quiere resaltar la oración en su conjunto, se coloca el sufijo –mi en el verbo, como en el último ejemplo.

Pronombres interrogativos

Los pronombres interrogativos del quechua son los siguientes:

Ima ‘qué, cuál’
Pi ‘quien’
May ‘dónde’
Mayqin ‘cuál’
Hay’ka ‘cuánto’
Hay’ap ‘cuándo’
Imayna ‘cómo’
Imanaptin ‘por qué’

Para construir una oración interrogativa, estos pronombres deben ir acompañados del sufijo validador –mi o del sufijo conjuntivo –taq. En este último caso, la pregunta se torna más amable o cortés. Por ejemplo:

• Imam sutiyki? ‘¿Cuál es tu nombre?’

• Imataq sutiyki? ‘¿Cuál es su nombre?’

• Pim kanki? ‘¿Quién eres?’

• Pitaq kanki? ‘¿Quién es usted?’

Asimismo, a estos pronombres se les pueden añadir los sufijos de caso, para formar nuevos pronombres interrogativos. Por ejemplo:

• May-ta-m richkanki? ‘¿Adónde estás yendo?’

• May-manta-taq kanki? ‘¿De dónde es usted?’

• Ima-man-mi hamunki? ‘¿A qué vienes?’

• Hayk’ap-kama-taq qhipakunki? ‘¿Hasta cuándo se queda?’

Al responder estas preguntas, el sufijo validador –mi se coloca sobre la respuesta requerida. Por ejemplo:

• May-ta-m richkanki? ‘¿Adónde estás yendo?’

Qusqutam richkani. ‘Estoy yendo al Cuzco’

• May-manta-taq kanki? ‘¿De dónde es usted?’

Ayacuchomantam kani. ‘Soy de Ayacucho’.

• Ima-man-mi hamunki? ‘¿A qué vienes?’

Watunapaqmi hamuni. ‘Vengo a visitar’.

• Hayk’ap-kama-taq qhipakunki? ‘¿Hasta cuándo se queda?’

Marzo killakamam qhipakuni. ‘Me quedo hasta el mes de marzo’

Sufijos de tópico –qa y –ri

Los sufijos de tópico indican aquel elemento de la oración que ya ha sido mencionado o va a ser mencionado y que es el tema de un comentario. Existen dos sufijos:

-qa y –ri.

El sufijo –qa se usa en oraciones afirmativas y negativas, preferentemente. No tiene una traducción exacta en español. La mayoría de las veces no es necesario traducirlo; ocasionalmente equivale al artículo determinado (el, la, los, las); en ocasiones sirven traducciones como ‘en cuanto a’, ‘hablando de’, etc. Por ejemplo:

• Carlosqa yachachiqmi ‘en cuanto a Carlos, es profesor’

• Paytaqa manam riqsinichu ‘a él, del que hablamos, no lo conozco’

• Allquqa manam kanchu ‘el perro no está’

• Wasipiqa achkha runam ‘en la casa hay muchas personas’

El sufijo –ri se usa también para resaltar un tema, pero con miras a preguntar sobre él. Se puede traducir como ‘y…’, ‘y en cuanto a…’. Le da un matiz de amabilidad y cortesía a la pregunta. Por ejemplo:

• Carlosri maypim kachkan?

‘y en cuanto a Carlos, ¿dónde está?’

• Pitaq qamri kanki? ‘¿y quién es usted?’

• Imataq chayri? ‘¿y qué es eso?’

Continúa en la próxima edición