lunes, 1 de abril de 2013

“..KIKIN LLAQTA KANANCHIKPAQ TAWANTINSUYUM KANANCHIK..”

“..PARA INDEPENDIZARNOS 
TENEMOS QUE SER TAWANTINSUYU..”

Entrevista con: Jorge Alberto Montoya Maquín


Juan F. Tincopa: Quería hacerte una primera pregunta en relación al tiempo en que estamos viviendo. Obviamente es un tiempo extraordinario, el Pachakuti está en pleno inicio y su desarrollo se está dejando sentir. ¿Cómo tu percibes esa situación en estos momentos?

Jorge Alberto Montoya Maquin: Se siente, y es muy marcado. Yo me acuerdo bien de los años 50 del siglo pasado; uno notaba que ya comenzaba a haber modificaciones. Era, como a veces lo digo, como un huerto que había sido pisoteado, quemado, que volvía a brotar. Eso ya se notaba desde hace 50 años con mucha claridad.

Lo que está pasando ahora, en este inicio del Pachakuti que estamos viviendo, es que, de nuevo las cosas se tienen que volver a poner en su lugar, como dicen, dar la vuelta. Y eso no es una cosa simplemente figurativa. El mundo es animado, por ello todo va cambiando, todo va girando, y en determinado momento la dirección del giro cambia. Y eso es lo que está sucediendo ahora. Está volviendo, está cambiando. El giro comienza a girar en tal dirección que lo que se estaba destejiendo, se vuelve a tejer, lo que se estaba deshilando, se vuelve a hilar.

Hay muchos aspectos en los que uno puede darse cuenta de ésta nueva dirección, pero me parece que de los más significativos es el que vuelve a aparecer nuestra manera de sentir y entender el mundo, de una manera más nítida.

Juan F. Tincopa: ¿Podríamos decir que estamos viendo que las culturas ancestrales del mundo vuelven a renacer de sus cenizas?

Jorge Alberto Montoya Maquin: Así es, vuelven. Hablando en tiempos de Historia uno lo puede poner en los siguientes términos: Ha habido gente que se quedó sin tierra y por ello se desligó de ella, y por ese infortunio, enfermó, porque perdió la capacidad de alimentarse de lo que la tierra nos proporciona. Cuando perdió esa capacidad uno podría pensar que se morirían por no tener que comer y beber, pero no fue así porqué la enfermedad, el infortunio, que los había hecho miserables, desgraciados, condenados a morir de hambre, provenía de la avaricia, del ansia de tener más sin límite que tiene como la diosa a la codicia, y por ello, con ese emblema, la codicia como insignia, los desgraciados, se dedicaron a invadir otros pueblos y tratar de robarle su alimento, sus plantas, sus animales. Y al hacer eso, además, trataron de robarles, para destruirla u ocultarla, su manera de ser y su manera de sentir y entender el mundo, qué es lo que en Occidente llaman filosofía.

Ahora, lo que está pasando es que esa invasión ésta retrocediendo: todas las culturas originarias que nunca han desaparecido, que durante esta época han seguido existiendo, que simplemente frente a la invasión se replegaron, reduciéndose, escondiéndose, ahora comienzan a aparecer nuevamente, comienzan a marcar el ritmo, la hora.


Lógicamente el principio en el mundo es que el mundo está animado, y cuando algo está animado siempre va cambiando, es el principio fundamental: Todo va cambiando. Eso lo entienden con nitidez los chinos, por eso es, por ejemplo, que uno de los libros más significativos que muestran el Tao y la fundación del Tao se llama I Ching: “el libro de los cambios”. Bueno, hasta personas en el propio Occidente reconocen los aportes que hace Georg Hegel en el entendimiento del mundo, de que “todo cambia”, uno de los pilares de su “dialéctica”. Ese principio “del cambio”, de que “todo cambia” lo mencionan mucho en diversos grupos, como científicos, políticos y filósofos,  y prácticamente en todos los lugares de mundo; lo que pasa es que mucha gente no lo reconoce, siente y entiende con la debida claridad, con toda nitidez, porque cuando uno dice que en el mundo todo y todos cambian, dice que el mundo es y está animado, que es ánimo, que es vida. Nosotros, la gente de ésta patria que se llama Tawantinsuyo,  entendemos y sabemos que el mundo está vivo; siempre lo hemos sabido.

Entonces en este momento esas culturas vuelven a renacer, quizás de las cenizas, a veces, hasta peor: vuelven de los llantos, de lo que han sufrido esa gente con la invasión, de lo que hemos sufrido. Y vuelven a ser, y la gente vuelve con la misma característica de saber que lo que nos interesa a nosotros es ser útiles, que las cosas sean útiles, y eso es lo que nos hace que entonces tratemos de vivir bien. Eso es lo que se llama el Buen Vivir. El Buen Vivir se hace viviendo bien. Y eso es lo que, de una u otra manera, todas las culturas ancestrales vuelven a tenerlo presente.

Juan F. Tincopa: Hablemos del proceso que  se puede ver, en el cual, los exterminadores  ahora practican con bastante dedicación, lo que podríamos decir es: la disección de las culturas ancestrales. Es posible encontrar en todas partes del mundo una moda; es una moda en la que en se reconoce de la boca para afuera, los valores de estas culturas ancestrales, pero le quitan la vida. Por eso hablaba de disección. ¿Qué quiere decir el que nuestras culturas ancestrales vuelvan a la vida en estos momentos?

Jorge Alberto Montoya Maquin: Lo que quiere decir es que se vuelve a vivir bien. Lo que tu señalas, que hay ese afán de diseccionar o de secar, eso es un comportamiento mental que ejerce el grupo de Occidente. Ellos tienen hasta una rama de su ciencia que se llama la museología; o sea crean museos, no conservan la vida, sino se la quieren guardar seca. Lo que se comienza a ver con este cambio es que hay más espacio para que la gente pueda vivir; y todo se hace viviendo. Por eso es que, por ejemplo, cuando a veces hablan de la cosmovisión andina, pienso que también es un contrabando porque es una manera de detener, de congelar nuestra manera de sentir y entender al mundo, ya que el “cosmos”, es una visión estática del mundo. Nosotros sentimos y entendemos que el mundo está vivo, entonces tenemos una manera de sentir y entender el mundo, y esa no es una cosmovisión, es un sentimiento, es algo vivo, algo animado, algo que cambia. Eso que tú dices es bien importante porque muchas veces, por ejemplo, en la política, lo que decían es que todo lo que ha existido, ya se congelo, ya pasó. En ese sentido, a pesar de su relevancia e importancia, la historia, es una manera de congelar. Eso es una de las cosas fundamentales que está cambiando.

Juan F. Tincopa: Hablemos del escenario para nosotros, en particular, para la cultura andina. Si vemos que, el espacio donde todos estos palpitares, todos estos sentimientos empiezan a crecer, en términos de recuperación de la cultura, sería el Ayllu. ¿Cuál es la diferencia entre este Ayllu vivo que empieza a resurgir, y las estructuras orgánicas de las comunidades campesinas, que son las que tienen vigencia legal actualmente?

Jorge Alberto Montoya Maquin: Una primera cosa que vale la pena señalar, y que creo que debe resaltarse porque la gente no se acaba de entender, es que, nadie, animal o planta, incluyendo los humanos, puede vivir solo o aislado: nadie. Todos nacen en un grupo, en una asociación, y esa asociación, ese ámbito o región que ocupa esa asociación, incluye todo lo que la tierra cría. La tierra cría plantas y animales, y lo hace en espacios o regiones donde haya suficiente para alimentar a esas plantas y animales. Ese ámbito o región es un organismo, que en el caso del andino, se llama Ayllu o Marka, que son los nombres más difundidos ya que hay algunos pueblos del mundo andino que los llaman de otra manera. Allí, en el Ayllu, en la Marka, se vive. Entonces ese ámbito, esa región, tiene una parte de la tierra de la Tierra, porque no es toda la tierra de la Tierra, y una parte de los astros, que son lo que se ven desde esa región. Ese ámbito, es el que sirve a cualquier organismo para vivir. Un caballo nace en un ámbito de esa naturaleza, una vaca nace en un  ámbito de esa naturaleza, un maíz nace en un ámbito de esa naturaleza; entonces no hay nadie en el mundo que pueda vivir fuera de uno de estos ámbitos o ayllus.

En Alemania, a la región que nosotros llamamos Ayllu, le llaman Land y Tribu, un poco más al norte le denominan Comarca; en la zona de los países árabes le llaman Kabila o Ashira; los mongoles le laman Hurdú; en algunas zonas de Gran Bretaña le llaman Country y Clan; en algunas zonas de España le llaman País; en algunas zonas de Francia: Provence, o Provincia, Campaña; acá, en el Perú, los arequipeños le llaman Campiña.

Esos organismos, esos ámbitos, esas regiones siempre han existido, como ya lo hemos señalado, no hay nadie que pueda vivir fuera de ellos. La visión y la ciencia occidental y sus sociólogos, creen que el ser humano esta desligado de la naturaleza, que se vive solo entre hombres, por eso han ideado el concepto de “Sociedad” que es una reunión de hombres que hacen un contrato, fijan una norma, y de acuerdo esa norma se rigen. Eso es un mal artificio, ya que todo y todos están vinculados, enlazados, tanto plantas y animales, como éstos con la Tierra, el Sol, el Cielo y las aguas.  En todo el mundo existen organizado en estas regiones, estos ayllus, o Calpulli, como le llaman en México, y nadie puede vivir fuera de ellos.

Entonces lo que tenemos que ver es en qué estado están esas “comunidades” o esas asociaciones. Aquí también, cuando se usa la palabra comunidad, hay una trampa: Comunidad viene de “común”, de que “todos son común”, que “todos son iguales” o que “todos reciben igual”; y al contrario, en estas agrupaciones, todos son diferentes, nadie es común, todos dan y reciben de acuerdo a lo que son. En todo caso “lo común”, lo genérico, a todos, es que todos son diferentes. Entonces no es la mejor definición el hablar de comunidad, para definir estas asociaciones; comunidad es un nombre traído por el invasor de sus concepciones de vida, especialmente la cristiana. Si hablas de asociaciones, hablas de agrupaciones, de grupos.

Ahora, en el caso del mundo andino, su fuerza y su número es muy grande; en algunos casos se habla de comunidades a secas, pero también de “comunidades campesinas”, “comunidades indígenas”, “comunidades amazónicas”, la mayoría de ellas correspondiente, aunque no exclusivamente, al mundo rural, pero en todos sitios y lugares, incluidas las ciudades o conglomerados, hay este tipo de agrupaciones. Entonces lo que hay que ver es hasta qué punto y cuanta influencia tienen, y en qué estado están las relaciones que se dan entre ellas, cómo están estas relaciones, es decir, qué régimen tienen.

Yo no tengo a la mano las cifras hoy día, pero hace algunos años, casi el 50% de los alimentos que se consumían en el Perú provenían de comunidades, o sea de ayllus, oficialmente reconocidos y registrados, pese a que éstos, en usufructo directo de las tierras del país, tenían un porcentaje muy bajo. En la época de los años 50, 60, 70 del siglo pasado, muchos de esos Ayllus recuperaron sus tierras; entonces son, en el país, sí son significativos, muy significativos porque, a pesar de todo, gozan de mucha vitalidad y buena salud. En estos momentos, podemos estar hablando de 10 mil, de 12, mil Ayllus, reconocidos y registrados oficialmente por el Estado, pero en verdad deben ser cinco veces más, y como son formas para vivir, estas se siguen reproduciendo, o sea, no son algo estático. La gente no se reúne solamente porque le gusta estar con otra gente, la gente se reúne en estos grupos, en estas asociaciones, para vivir, para vivir bien. Ahí es donde puedes vivir, no puedes vivir fuera de él, aunque lo quisieras.  Y eso que te digo del mundo andino, los griegos antiguos también lo sabían y decían. Por ejemplo, Aristóteles explica en la “Política”, qué la Polis, o estas asociaciones, “tiene su origen en la urgencia de vivir, pero subsiste para vivir bien”. Entonces no un organismo o una agrupación casual, es una organización y organismo vital.

Entonces, veamos ¿en qué estado están? Como hemos señalado, oficialmente hay 12 mil o más grupos, eso es ya algo importante, pero en realidad, como hemos precisado, son por lo menos cinco veces más; abarcan y cubren todo el país. En todo caso el primer asunto que ver, es cuán bien están las relaciones que se dan dentro de ellos. Esa región, ese ayllu, donde se vive, es el ámbito donde la tierra está criando a sus hijos, es decir, a las plantas y a los animales, incluidos entre éstos últimos a los humanos, en consecuencia, la idea de que algún particular sea dueño privado o exclusivo de la tierra, es una insensatez; alguien no es dueño de su mamá, ni su madre, necesariamente, tiene un solo hijo, no es su madre exclusiva de él, y excluyente de sus otros hijos, en todo caso, ella podría decir que es dueña de él, pero no al revés; lo que sus hijos hacen, plantas y animales, en ese ámbito, en esa región, es colaborar con la madre para que esa crianza que se está haciendo, sea mejor. 

Esa manera de colaborar con la madre, nos da un tipo de relación con la tierra. Uno ocupa un espacio de tierra y trata que lo que se produce en esa tierra sea lo mejor, eso se llama agricultura o el cultivo o la cultura de la tierra, o la crianza de las plantas y los animales. Pero esa ocupación de un lugar de la tierra, que es una apropiación de las cualidades de esa tierra,  no es una propiedad que excluye a los demás que viven en esa tierra; esa propiedad, o apropiación, de las cualidades y energías de esa tierra, es la adaptación y asimilación a ella, que nos hace identificarnos con ella y que nos da y hace nuestra personalidad, nuestra idiosincrasia; además es una actividad temporal que se está haciendo allí, en ese ámbito; se apropia a las cualidades de esa tierra porque se adapta a esa tierra. ¿Quién podría decir que es dueño privado o excluyente de un pedazo de mar?, nadie; en todo caso un grupo humano puede tener un “dominio”, una “potestad” o un “permiso”, para ir a una playa y marisquear, otro puede tener el “dominio” para pescar al borde de la mar, puede haber otro grupo que tiene la potestad para ir a bañarse. Lo que quiere decir que en el mismo pedazo de mar uno puede marisquear, otro pescar, otro para bañarse y descansar, otro nadar; nadie es dueño exclusivo de la mar, aunque se hayan adueñado de sus cualidades y de sus frutos, todos los que viven en ella o de ella, son sus dueños, o se han adueñado de ella, mejor dicho, al revés, la mar es la dueña de todas las plantas, animales, peces, pájaros o mamíferos, que se alimentan de ella, porque se han apropiado de esa mar, se han adaptado a esa mar, se han acoplado a esa mar. Son como los caminos, uno camina por un camino, y eso no quiere decir que otro no pueda pasar por ese camino, aunque haga otro camino para llegar al mismo sitio, el que haya un camino por el cual esté caminando un caminante, no quiere decir que otro no pueda pasar por ese camino.

¿Quién podría decir que es dueño privado, exclusivo, y excluyente de un pedazo del calor, del fuego o del Sol de la Tierra?; nadie es dueño privado, exclusivo, y excluyente, del calor, del fuego o del Sol de la Tierra. ¿Quién podría decir que es el dueño privado, exclusivo, y excluyente, de un pedazo de  aire, de viento o del Cielo de la Tierra?; nadie es dueño, exclusivo y excluyente, de un pedazo de aire, de viento o del Cielo de la Tierra. ¿Quién podría decir que es el dueño privado, exclusivo, y excluyente de una porción del agua, de las lagunas, de las lluvias o de la mar de la Tierra?; nadie es dueño privado, exclusivo, y excluyente, del agua, de las lagunas, de las lluvias o de la mar de la Tierra.  ¿Quién podría decir que es el dueño privado, exclusivo, y excluyente de una porción de tierra de la Tierra?; nadie es dueño privado, exclusivo, y excluyente, de una porción de tierra de la Tierra.  ¿Quién podría decir que es el dueño privado, exclusivo, y excluyente de una porción del cariño de la Tierra?; nadie es dueño privado, exclusivo, y excluyente, de una porción del cariño de la Tierra.

Todos ellos calor, fuego o Sol, aire, viento o Cielo, agua, lagunas, lluvias o Mar, Tierra, son los obsequios que nos da el mundo, que nos da la vida, que nos nuestros padres, cuando nacemos, cuando llegamos a esta región del mundo; a ésta región del mundo que tiene direcciones y sentidos, dimensiones y formas, ya que fuego, aire, agua, tierra y cariño del mundo, de la vida, no son sino, los estados o formas que adopta: plasma, gaseoso, líquido, sólido y anímico o del querer y requerir, que a veces también la expresamos diciendo, para las cuatro primeras que son la materia y para la última la energía o el espíritu, el cariño que nos atrae y enlaza a todos. Éstos son el regalo de nuestros padres, son un presente maravilloso porque son el presente de la diversidad de direcciones y sentidos, de de formas y colores, de olores y perfumes, de ritmos y sonidos, de gustos y sabores, de tactos y contactos, que tiene el mundo donde nos colocan que hace su hermosura, belleza, concierto y sinfonía. Es el presente de la diversidad que hace que se haga no solo la sonrisa, sino la risa de la alegría y el juego. Lo que hace además, entre otras cosas, que la vida se viva en el presente, que no se pueda vivir en el pasado, ni en el futuro. Vivir sin sueños ilusorios o nostalgias de recuerdos, vivir el presente haciendo hechos que se hacen presentes.

Entonces esas relaciones si, en algunos casos están deformadas, aparece alguien que dice: “yo soy dueño de tantos cientos de hectáreas de tierra…y por ello tú vas a laborar para mí, tu vas a sembrar la tierra por mí, yo me puedo adueñar de los frutos de tu actividad, ó yo soy el dueño del cielo, sólo yo puedo hablar en su nombre, a mí me ha encomendado ser su vocero oficial, el resto son impostores, yo soy la único autentica voz del cielo.


Y entonces, esa es la parte fundamental que tiene que recuperarse y que se ha estado recuperando, la que establece el sentido de las relaciones entre seres humanos y con los diferentes elementos, en las instituciones u organismos, porque si todo ser humano tiene asignada una determinada parcela de tierra, va a laborar de acuerdo a su propia capacidad y esfuerzo, y va a producir o generar, ciertas magnitudes y cualidades de frutos, como tiene una parcela de tierra va a tener al costado a otro ser humano que tiene otra parcela de tierra y en esa situación va a relacionarse, aprendiendo la maravilla del emparejamiento, del hacer yunta. Sí yo hago una actividad solito, me cuesta un cierto esfuerzo, me cuesta mucho más que hacer el doble de esa actividad junto con otro; además hay cosas que no se pueden hacer individualmente, solo se pueden hacer entre varios; cosas que se pueden hacer sí hacen en concierto entre veinte, otras sólo se pueden hacer sí hacen en concierto entre 1000.

Si se juntan 15 o 20 para hacer una actividad, no sólo pueden hacer una cierta actividad, sino que además pueden conversar y reírse mirándose a los ojos; entonces pasa lo que pasa ahora, un grupo de 20 van a la chacra de alguien y laborar ese día, al día siguiente, van a la chacra del segundo, y así sucesivamente hasta completar las chacras de los 15 o 10, eso es lo que en nuestro mundo llamamos Ayni; eso tecnológicamente es un potencial inmenso, eso como intercambio de cariño es gigantesco, eso llama a la felicidad.

O sea que cuando varias personas tienen sus chacras colaboran entre sí, las relaciones que se establecen entre ellas son relaciones de amistad y solidaridad, de apoyo, se juntan para hacer las actividades que requieren las chacras y hacer que estas fructifiquen. Entonces uno tiene un pedazo de tierra que es el que usa, que puede en compañía de otros, sembrarlo y obteniendo sus frutos. Si aparece una persona que dice que tiene mil hectáreas, esa persona no puede laborar mil hectáreas, aunque se junte con mil personas más que tengan mil hectáreas, irían a su chacra cada tres años y los cultivos como normalmente son anuales requieren varias atenciones dentro del año. Y entonces ahí es donde comienzan a parecer las primeras deformaciones, el que se dice que es propietario de mil hectáreas, si quiere hacer producir ese terreno, va a alquilar obreros. Esa es la primera deformación que surge.

Pero, por qué se llega  a esa situación que ahora vemos, en la  que alguien aparece como adueñado o dueño de la tierra y no sólo eso sino de más tierra que la que puede laborar y para hacerlo alquila obreros agrícolas. ¿Por qué aparece eso? Eso es una expresión de un fenómeno mucho más grave, y es que en algunos países y pueblos de Occidente y de extensas zonas del mundo han habido gente que ha invadido a otros, y cuando invades a otros, no sólo les tratas de quitar sus riqueza, es decir, su calor, sus aíres, sus aguas y sus mares, su tierra, su sentimiento de cariño a su tierra y a su pueblo, sino que lo quieres hacer su siervo, su esclavo, en esa condición si puedes alquilar obreros, o poner  siervos, o poner esclavos a que te cultiven la tierra. El origen de la propiedad, de ese apropiarse, es la invasión, que tiene como emblema, como diosa, a la señora codicia, a su prima, la avaricia, que no es otra cosa que el ansia por el oro, la adoración por el oro, el deseo desmesura de tener oro porque son miserables, hijos de del infortunio, de la desgracia, de haberse desligado de su propia tierra, por eso, también, muchos de ellos tratan de religarse pero no saben cómo hacerlo. Pizarro llegó al Tawantinsuyo por oro, asesino al Inca por no dejarse esclavizar.

Entonces es consustancial corregir esa situación, que hay actualmente en algunas partes de nuestros países, devolviendo la tierra usurpada y mal apropiada, y darse cuenta que esa corrección es lo que uno ésta corrigiendo de la invasión que han sufrido nuestros países. Darse cuenta y ser consientes para corregir lo que se debe corregir,  porque con esa invasión no solamente intentaron apropiarse de la tierra, sino, y es lo más grave, intentaron apropiarse de la gente sometiéndolos al infortunio de perder la tierra que los vio nacer y en la que vivían; entonces trataron de crear esclavos que no tienen derecho a nada, una de cuyas versiones más sofisticadas es la del obrero agrícola, que no tiene tierra, y sólo recibe un salario.

Por eso hablar de la independencia de nuestros países, es hablar de cambiar esas relaciones con la tierra para mejorarlas eliminando las avaricias con la que las han querido envenenar, pero no sólo con la tierra, sino con todo el ambiente, es decir, su temperatura, su limpieza, su humedad, y su contacto de cariño, es decir, su felicidad. Ay que entender bien, ser consientes, que la invasión no da derechos, no hace dueños a los invasores, sino todavía seguiríamos siendo colonias, el que invade tiene que devolver los usurpado; y como después de nuestra primera independencia han continuado haciéndose invasiones y tropelías, hay que volver a recordar que nadie se puede apropiar de la tierra, de la mar, del aire, del Sol, de otro pueblo, esos deben ser restituidos, restituidos todos, no parte de ellos, ningún falso compromiso puede abalar una invasión.

Juan F. Tincopa: Sin embargo, hay un fenómeno que se puede observar en las comunidades actualmente, no solamente en Perú sino en toda el área andina. Lo podemos ver en lo que significan las “ayudas”, “asistencias” o “presencia del estado”, (como quiera llamársele). La idea de que para que una comunidad pueda emprender cosas “necesitaría” esa “ayuda”. Por eso es que vemos las “asistencias”, los programas de “vasos de leches”, las limosnas que se arrojan como migajas a los pueblos donde se dan una serie de dificultades para poder conseguir los alimentos, y entonces se somete a las personas a una dependencia. Por eso es que en estos momentos no existe ningún emprendimiento, al menos en lo que se llama el movimiento supuestamente de sus “representantes”, que exista sin esa “ayuda”. ¿Cómo podemos recuperar el ayllu en este terreno?


Jorge Alberto Montoya Maquin: En relación a las “ayudas”, ¿en algunos casos se necesitan ayudas?, si, y a veces mucha; en otros no. No toda la gente está siempre y todos los días, en disposición de hacer todo. Hasta el más fuerte, el más inteligente, en determinado momento, necesita ayuda. Entonces, es cierto que en determinados momentos, se necesita ayuda, y es por eso que a veces, porque eso es una realidad, en esas coyunturas, la codiciosa  trata de aprovecharse de ellas; como por ejemplo, cuando uno que ayudó con los algodones de colores, después quiso patentarlos a su nombre, como el creador de ellos, tamaña desvergüenza. Como saben que en esas circunstancias, en las que es mejor tener un apoyo, se pueden aprovechar, han tratado de que la necesidad o el pedido el pedido de apoyo o ayuda, sea algo permanente, ello no solo incapacita mentalmente a la gente por que hace que se crea inútil, sino que además, la expone más al pillaje, perdiendo, entre otras, su capacidad de defensa. Como dice mucha gente, ¿qué cosa es lo que ha traído la invasión de los godos?, entre otras cosas, han enseñado a la gente, a estirar la mano y pedir caridad. Ya no están pidiendo ayuda porque la necesitan, sino porque los han tratado de hacer creer que son pobres, que están solos; pero en el mundo andino, a pesar de tantas calamidades, la gente no está sola, no se siente sola: ¡No!, ¡somos muchos, somos millones!, ¡somos un tejido de miles de pueblos, que aunque rasgado en muchas partes, sigue tejiendo! 

. Y cuando se necesita ayuda, hay que saber cómo recibirla y hay que saber cómo darla; recibirla de tal manera que sea provechosa o útil para uno y para su pueblo, darla de tal manera que sea útil para quien la recibe y para su pueblo; y no al revés, Entonces, cuando algo está muy deteriorado es adecuado que vengan los amigos a ayudar; ayudando a reparar y a arreglar, mejorando, no viniendo a llevarse las cosas.

Hay que ser conscientes que la señora codicia no ha desaparecido con la primera independencia de nuestras patrias. Quienes han propiciado el proceso de invasión a nuestra patria grande, no han cambiado de diosa, la avaricia sigue siendo de su desmedida devoción. No han acabado sus ansías desmedidas, porque éstas ansias ni siquiera surgen de la medida de sus necesidades, sino de sus propias angustias existenciales; ansias desmedidas, además, porque sobrepasan, van más allá, de la medida de lo que pudieran necesitar, lo hace que se quieran apropiar de riquezas que sobrepasan su medida de lo que pueden usar y por tanto serles útiles; que quieran apropiarse de riquezas que son de tal medida, que no la puede utilizar completamente y hacer, por ello, útiles para ellos, es decir, hacerlas bienes para ellos, que en lugar de serle provechosa y útil, los daña, como podría ser, por ejemplo, la gula.

Como siguen siendo devotos de la diosa de la avaricia, de la adoración del oro, y tienen como emblema de estandarte la diosa a la codicia, van a orientar la “ayuda” en las áreas que les dicta su avaricia en el intento de beneficiarse ellos, sin necesariamente tomar en cuenta  las necesidades de aquellos deben recibir la ayuda, así como, de acompañar ésta de los intereses de la codicia que ellos tienen. Van a tratar, por todos los medios, de aprovecharse, por eso, hay que aprender a cuidarse, aprender a protegerse, aprender a defenderse.

Juan F. Tincopa: Hablemos de las vinculaciones de los Ayllus, las vinculaciones de los pueblos (si se quiere llamar así), la vinculación de las naciones ancestrales. ¿Cómo ves tú, en este momento, ese proceso, teniendo en cuenta que en las experiencias tanto en Bolivia como en Ecuador, lo que se está consolidando es un Estado y no las naciones ancestrales?

Jorge Alberto Montoya Maquin: Yo pienso que hay que ver el proceso en toda su perspectiva. Una de las cosas que uno se da cuenta, y hay que saberlo entender bien, tenerlo claro, es que, de fines de los años 90 para acá, a nivel de estados de Latinoamérica, ha habido una modificación sustancial: se reactiva y se comienza a tener de nuevo consciencia de su necesidad, el proceso de la independencia y ejercicio de la soberanía. Entonces, no es solamente Venezuela, no es solamente Ecuador, no es solamente Bolivia, es de una u otra forma, Argentina, Brasil, Nicaragua, Uruguay y otros países; hay un movimiento integral en los países que fueron invadidos, en su época, por los visigodos desde España, un movimiento dirigido a la independencia a recuperar la independencia y la soberanía, uno de los resultados de éste movimiento, es la consolidación de algunos organismos de integración regional, como por ejemplo, la Comunidad Andina – CAN - y la constitución de nuevas instituciones que los involucran a todos ellos, como es el caso de la Unión de Naciones de América del Sur – UNASUR- que agrupa a los 12 países independientes de América del Sur, y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños – CELAC – que agrupa a los 33 países actualmente independientes de América Latina y del Caribe. 

Ahora, ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de la CELAC? Estamos hablando de una comunidad de todos los estados latinoamericanos y caribeños. Lo primero, en este caso, es tener cuidado para no confundirse con lo que estamos hablando, los latinoamericanos no somos latinos; latino es el nombre generalizado, de un pueblo ubicado cerca de Roma, con el que se denomina a los habitantes de Italia, Francia, España y países a los que quedó reducido, en su momento, el Imperio Romano de Occidente, Galia, Italia y parte de Hispania, cuyas lenguas más numerosas habladas en ellos, en la actualidad, derivan, casi directamente, del latín. Esta denominación ha sido difundida por grupos franceses en la competencia de influencia sobre nuestros países con España, frente al apelativo de ibero – americano empleado por España hasta nuestros días, que nos designa como hijos de España, y que nosotros tenemos claro que no es así.
Ojo, los latinoamericanos somos todos los que en nuestro continente se agruparon para combatir a los invasores, fundamentalmente visigodos españoles. No hay que buscar “blancos” ni “latinos”, somos quienes nos agrupamos en el ejército independentistas para hacer frente a los “latinos”, a los que vinieron de la península ibérica del reino de Castilla y Aragón con la bendición y apoyo material del Papado: esos son los latinoamericanos. A veces, la gente se confunde, está buscando, por ejemplo, cuál es su origen o su raíz latina, que no existe porque muchos llevan ahora apellidos provenientes de España que les han sido impuestos, o si son los de algún antepasado, al haber nacido o acogido en nuestras tierras, ésta ha nutrido sus raíces. Nuestro enemigo común es el “latino”, nosotros, los latinoamericanos, somos los de esta tierra, que, a veces, llaman América, que nos agrupamos para expulsar al invasor latino. Entonces, entender bien eso, es un primer paso, importante.

Ahora, en el caso concreto de nuestro continente y sus mares, ¿cómo estaban organizados por pueblos que lo habitan? La organización de los pueblos, las formas de dirección estatal y el ámbito que abarcaban, variaban, básicamente, aunque no exclusivamente, de acuerdo a las variaciones climáticas y las posibilidades que ellas brindaban; a mayor humedad, mayor disposición de agua, menor amplitud territorial para lograr su autosuficiencia, a menor humedad, menor disposición de agua, mayor amplitud territorial para lograr su autosuficiencia, la que normalmente se obtenía, entre otros, con el desarrollo y establecimiento de canales e irrigaciones que permitían trasvasar agua de un valle a otro, o una cuenca a otra, lo que permitía mitigar las sequías en algunas regiones. Las primeras, donde existía mayor humedad, dieron lugar a lo que se conoce en nuestros días en el mundo andino, con pocas variaciones lingüísticas, como las épocas de los “estados regionales”; las segundas, como las épocas de los estados panandinos, que abarcaban territorios muy amplios, aunque no cubrían todo el territorio de una región pues eso no era necesario para corregir el déficit de agua, ambas las épocas de los “estados regionales” se iban alternando sucesivamente; en el caso de los estados panandinos, en nuestro caso, en el llamado mundo andino, el primero de los que se han leído los registros, aunque se sabe que ha habido antes, es “Chavín”, en la segunda época, existieron los que tuvieron sede central en Tiahuanaku y en Wari y en una tercera época Tawantinsuyo, que encontraron los invasores. Los estados panandinos, por su gran extensión y por las obras físicamente grandes, que emprendía, muchas veces han sido calificados por científicos occidentales, como “monumentales”, como grandes civilizaciones, descalificando o dejando de lado, las épocas de los estados regionales, esa es una valoración teñida por la diosa pretensión que muchos de ellos albergan, en ambas épocas climáticas se han hecho grandes e importantes obras, solo que de tipo diferente, en ambas la mira era el vivir, lo que llaman “el buen vivir”. Cuando llegaron los invasores encontraron dos grandes estados panregionales, en América del sur, Tawantinsuyo, cuyo gobierno central estaba en Qosqo (Cusco) y, en América central y del norte, el estado de los mexicas, el estado Azteca, cuya sede de gobierno central estaba en Tenochtitlan, ambos en su época de expansión mayor y cercanos a concluir la misma y revertir a estados regionales. En ambos casos los jefes de su gobierno, Moctezuma en Tenochtitlan y Atahualpa en el Tawantinsuyo, fueron asesinados por los que dirigían la invasión, Hernán Cortez en el primer caso y Francisco Pizarro en el segundo.

De lo que todavía no se llega a tomar plena consciencia, es que para lograr nuestra plena independencia del invasor español, tenemos que expulsarlo de nuestras tierras, mares, aíres y corazones, con todas sus diosas, malos aires y descariños; es decir, expulsar, entre otras, a las diosas de codicia, de la avaricia, de la pretensión, de la pereza y holgazanería, a los malos aíres, como el maltrato, la servidumbre, la discriminación de las mujeres, que entre otras cosas les quita el apellido cuando se casan, de los niños, ancianos y enfermos, a los descariños como la frialdad, la falta de de respeto y de cortesía, porque es lo que trajo la invasión y los invasores, y no corresponde a la alegría, la risa, cultura y manera de ser y hacer de todos nuestros pueblos, y tenemos que reconstruir o volver a construir, como ya se ha comenzado con la CELAC, al Tawantinsuyo y a Tenochtitlan con las dimensiones que tenían cuando llegaron los invasores, o aún mayores y más numerosas, porque las tareas que se tienen que hacer para vivir bien, para hacer la felicidad, son mucho más grandes que en épocas anteriores.

Y eso que tu indicas que en Bolivia y Ecuador lo que se está consolidando es un Estado y no las naciones ancestrales, no es correcto, el río fluye por el mismo cause. Yo lo entiendo, yo sé que no está mal consolidar el Estado en y Ecuador y Bolivia, al contrario, está muy bien, porque lo que se ha establecido es una verdadera consolidación con sus pueblos y sus culturas, en ambos casos. Se ha creado estados orientados a lograr el “buen vivir” con la República de Ecuador en 2008, echando al tacho la “república criolla” existente, y para “vivir bien” con el Estado pluricultural de Bolivia en el 2009, borrando del mapa a los modelos políticos de las monarquías o repúblicas del mundo occidental moderno. Debemos añadir, que la República Bolivariana de Venezuela, creada el 2 de febrero de 1999, es un estado que responde al sueño y la profecía que visualizó Simón Bolivar Palacios, de crear la patria de la “suprema felicidad social” y que plasmó el comandante Hugo Chávez Frías, busca la felicidad de la gente de sus pueblos y para ello desapareció la “Cuarta República”, no es una “república criolla”. Hay gente no le presta atención, ni se da cuenta, que la República bolivariana de “la suprema felicidad social”, la República del “buen vivir” y el Estado Plurinacional para “vivir bien”, son formas de Estado nuevas que han surgido en el proceso de independencia que corresponden a nuestra cultura, y que antes no han existido, que son parte del proceso de la recuperación del Tawantinsuyo, parte del regreso del Inka. Tienen una importancia y significado similar, o mayor aún, al que tuvo en Occidente, la creación, por la revolución burguesa, de la República Francesa, forma de estado que no existía en Francia, y la Declaración de los Derechos del Hombre, en el proceso de la eliminación del “poder absoluto”, la monarquía y la eliminación de la servidumbre y el establecimiento de la libertad de pensamiento y de palabras de los hombres. En nuestros países no sólo son formas de estado destinadas a lograr vivir bien y llevar a la gente la felicidad, el buen vivir, sino a reconocer los derechos de la Naturaleza, de todos los hijos de la madre tierra, seamos plantas o animales, sino también a cuidar y mantener la salud de todas las forma que esta adopta, tengan estas no dimensiones, conservando Temperaturas equilibradas, Aires limpios, Aguas frescas, Tierra fértil y cariño enlazándonos a todos.


Habría que preguntar a aquellos que durante tantos años han criticado el proceso de independencia porque había derivado en “repúblicas criollas” que no respondían a las necesidades de nuestros pueblos, ¿qué les pasa, que el día que el proceso de independencia avanza, articulándose mejor con nuestros pueblos, no se dan cuenta de lo que ocurre, y todavía peor, lo comienzan a atacar, como si fueran una quinta columna del invasor, tratando de confundir a sectores de nuestros pueblos sugiriéndoles que este no responde a las necesidades de nuestros, sino a las del capitalismo invasor? ¿Por qué han perdido la brújula? ¿De quién están comiendo y bebiendo? ¿Se están nutriendo de la sabia del pueblo, o de la ayuda encubierta del invasor?

Lo que hay que recuperar es todo el ámbito del Tawantinsuyu. El día que seamos conscientes de que somos hijos y herederos del Tawantinsuyu, que esa es nuestra matriz, el vientre que nos da nuestra madre tierra, estaremos recuperando y teniendo consciencia plena, que para hacer nuestra soberanía e independencia se requiere que regrese el Inka, como dice el awarikuni de Inkari. Cuando nos han invadido éramos Tawantinsuyo, para independizarnos tenemos que ser Tawantinsuyu, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, son etapas intermedias que han surgido por los frentes de lucha que estado obligados a hacer por la disposición que adoptó el invasor, somos un solo pueblo, un pueblo de pueblos. Los actuales Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, si bien son el eje del lazo de este tejido, tiene extremidades en Argentina, Chile y Venezuela, pero este telar de telares teje toda América del Sur. Lo que hay que buscar y lograr es restablecer el Tawantinsuyu, con el nombre que corresponda en ese momento, porque esa es la matriz cultural que nos une a todos nosotros los pueblos que vivimos en esta parte del mundo, que es la de la tierra y la gente de cariño y la alegría. 

Y para añadir un pucho más, un primer intento de Simón Bolivar Palacios de comenzar a unificar a nuestros pueblos fue la creación de la Gran Colombia, en el Congreso de Angostura en 1819, destinada, entre otros a sustituir el virreinato de Nueva Granada, y después, la convocatoria al Congreso de Panamá en 1826 con la intensión de crear un solo estado en toda América, que quedó, por el momento frustrado, y que fue continuado con la creación de la CELAC el martes 23 de febrero del 2010, en la cuidad de Playa del Carmen, en Quintana Roo, México, y cuya constitución definitiva e integración, se hizo en la I Cumbre de la CELAC, celebrada los días 2 y 3 de diciembre del 2011, en Caracas, Venezuela. Y crear el estado de la Patria Grande, la patria que enlaza a todos los pueblos de América, que no es otra cosa que la profecía de nuestros abuelos, que Bolivar dijo con otras palabras, que un día se enlazaran los del Tenochtitlán y los del Tawantinsuyo, por cuyo cumplimiento tantos hemos recorrido las últimas décadas, desde la tierra del agua de los nauits, hasta la tierra del fuego de los mapuches, y viceversa, que profetiza que un día, que ya está amaneciendo, el águila y el cóndor volverán a volar juntos.

Juan F. Tincopa: Eso nos lleva nuevamente al tema recurrente, una y otra vez, sobre todo en este momento de la gran moda digamos, globalizante; que es el proceso del mestizaje. Ahora es tan intenso este proceso, que todo es mix: La música es mix, la moda es mix, y en eso incluso está incluida todo lo que llaman étnico; hay una moda étnica que se mixturiza, hay incluso en los idiomas, en todo se desarrolla eso, como parte del proceso que ellos impulsan  de mestizaje en el ámbito cultural. ¿Cómo vez esta situación?
Jorge Alberto Montoya Maquin: La ideología del mestizaje la desarrollaron, y han tenido cierta éxito y por eso continúan insistiendo en difundirla, varios científicos norteamericanos, sobre todo para tratar de manejar la situación de México de comienzos del siglo pasado. La ha empleado y difundido mucho. Pero el concepto de mestizo significa que  uno es una mezcla. Pero nosotros, todos los humanos y la mayoría de animales provenimos de dos, de un padre y una madre;  esa alianza, esa unión que se hace, da como resultado un organismo diferente que es el hijo; pero es un organismo donde se da armonía entre todos sus órganos; se da un concierto entre todos sus órganos; es un organismo completo.

El concepto de mezcla es cuando se juntan dos procesos, dos elementos, y estos no llegan a tener capacidad e madurar y fructificarse, es un proceso incompleto, que si alcanza a generar un organismo, éste no es completo pero no llega a tener capacidad de reproducción. Por eso es que el ejemplo más claro de mestizo es la mula, la mula es producto de la relación de un burro con una yegua, pero la característica es que ese animal que nace es infértil, no puede reproducirse. Entonces ese criterio lo han puesto como una manera de castrar a los pueblos sobre todo de América; el mestizo no es ni una ni otra cosa, ni es afiliado a su padre o a su madre, sí proviene de uno de nuestros pueblos, ya es de ese pueblo; es la una manera de eliminar a los pueblos originarios, esa ideología es usada en el intento de etnocidio.

 Ahora comienzan a hablar de mestizos en Europa, antes no hablaban. Si uno hablaba ahí con un francés o un alemán, y a nadie se le ocurría decir que era mestizo, o era francés o era alemán o era alemán y francés, que es algo diferente a ser mestizo, ni chicha ni limonada. Ese ha sido y es un manejo ideológico. Eso lo han empleado mucho y al final hay gente que se dice mestiza. Además, si tú combinas cosas, y resulta una buena combinación, no es un mestizaje, es una nueva cosa que fructifica. 

Nosotros hace como 15 o 20 años, justamente hablábamos contra ese criterio de mestizaje, porque ideológicamente se vendía mucho en el Perú, sobre todo a gente que le habían hecho tener vergüenza de sus pueblos de origen y no quería decir abiertamente que era de ese pueblo, tenía vergüenza, como tampoco era “blanco”, entonces se decía “mestizo”.

Otra gente, que no tenía claridad, decía, nos van a convencer, vamos a parecer mestizos; pero no, cada uno es diferente. Cuando tú tienes un buen hijo o buena hija, tu hija o tu hijo sabe que tú eres su padre y qué tú eres su madre, pero cuando madura sabe que ella es ella, es decir que ese organismo que ha nacido es plenamente consciente de que es totalmente diferente al padre y la madre. Ha madurado.

Juan F. Tincopa: Situándonos en este contexto, en lo que sería el tema de cómo hacemos los grupos humanos para procurarnos la subsistencia, los alimentos. Hablemos un poco de economía. En perspectiva, en adelante: ¿Cuáles son los elementos a tener en cuenta para que el ayllu vaya recuperando más y más esa capacidad de procurarse los alimentos y en consecuencia procurarse una vida buena, una vida feliz?

Jorge Alberto Montoya Maquin: Veamos entonces que cosa es la economía. Yo puedo cultivar y con ello tener al alcance de mi mano una papa, puedo tener el instalarme en la playa y pescar, al alcance de mi mano. Eso es lo que la tierra nos lo da. La madre tierra tiene un montón de hijos y les da cosas para comer, ver, respirar y enlazarse; eso es naturalmente lo que hay. ¿Eso es economía? Imaginemos, yo tengo una chacra y la chacra produjo 10 toneladas de papa; si yo tengo y dispongo de 10 toneladas de papa, ¿eso es economía? No. Eso el proceso de “generación” de bienes, o como se dice más corrientemente, de “producción” de bienes, sí es que yo empleo, una vez obtenido, las 10 toneladas de papas en algo para mi provecho o el provecho de mi ayllu, o de mi pueblo o de mi país, en algo que sea un bien para mi, o para mi pueblo; sino no es generación o producción de bienes.

La economía es el arte de cómo hacer para que lo que tengo, se convierte en algo que me sea lo más útil posible, que me dé la mayor utilidad. O sea, si yo tengo un pescado, ¿cómo hago para que el pescado, me sea lo más útil posible?, posiblemente, para que me sea lo más útil posible, yo voy a prepararlo de una manera que lo sabrosee mejor; eso es Economía. Si está lloviendo, como hago para que la lluvia no haga daño ni a mí, ni a mi Ayllu, y en todo caso sea lo menos dañina, y más bien provechosa. Eso es economía, o sea, como hacer para que las cosas sean lo más útiles a uno, lo más provecho. ¿Si queremos vivir bien, esa es la lógica, no?: Yo voy a vivir bien, quiero vivir bien, entonces todo lo que viene y me llega, hago que sea  lo mejor posible, y lo mejor se mide por lo que es más útil para mí y para mi país.

Si uno se pone a pensar en lo que estoy señalando,  a esa definición, ésta le corresponde a Xenofón, el griego, y lo explica muy bien, en el tratado de “Lo económico”. El dice, que es la mejor manera de cómo le saco provecho a las cosas, la mayor utilidad. Eso es lo que nosotros acá llamamos el Buen Vivir, que es recogida en la Constitución de Ecuador y el Vivir Bien, en la Constitución de Bolivia. O sea, como hago para que algo que suceda sea útil y no nocivo para uno y su pueblo. Eso es la economía. Eso es una manera de pensar, una manera de actuar.

Yo lo diría así, si lo ponemos en un dibujo que nos enseña cómo es el mundo. Comienza a llover el día de hoy, como hago para que la lluvia me sea provechosa, o no me haga daño. 

Amanece hoy día así (Dibuja una carita feliz y lo muestra en posición de costado). 

¿En qué consiste hacer economía o en que consiste el vivir bien?: 

Amanece así, y lo pongo así: (mueve la carita feliz en la posición correcta). Que no sea así (pone la figura invertida) porque es tristeza. 

Amanece de varias maneras. Entonces hacer economía es hacer que lo que sucede le sea provechoso a uno a su pueblo, eso es economía y eso es vivir bien. Y eso es una actitud, un comportamiento; si yo estoy en la vida, vivo bien. Es una manera de ser agradecido a los propios padres que nos han traído a este mundo. 

Entonces qué cosa hay que hacer, hacer esto, poner las cosas de tal manera que le sean provechosas. Y en eso es opuesto a lo que hace por ejemplo, el miedoso.  El miedoso cuando llueve va y se esconde. Nosotros no, nos ponemos a ver la lluvia, que cosa hace, y nos gusta la forma que nos sea provechosa.  Entonces es todo un comportamiento de vida, de hacerlo, como se hace para que las cosas caminen mejor.

Juan F. Tincopa: Que nos puedes decir como recomendación, en este tiempo, a todos aquellos quienes de una u otra manera estamos empeñados en hacer nuestras labores para recuperar nuestras culturas ancestrales

Jorge Alberto Montoya Maquin: Yo he escuchado a Russell Means, en un mensaje que él había hecho hace varios años y en una entrevista que le hiciste, que entre paréntesis me parece de muy buena calidad. Y una de las cosas que creo que es muy importante, que él decía, era: Hemos pedido una y mil veces al gobierno de los estados Unidos, que nos traten mejor, que nos arreglen las cosas, pero nos hemos dado cuenta que ni ellos mismos tratan a su pueblo bien.

Pienso que una de las cosas que hay que hacer es darse cuenta quiénes son estos que invadieron. A nosotros nos cuesta mucho entender, porque pensamos de otra manera, que pueda haber gente que sea capaz de robar, y no solamente a robar, a matar gente, a hacer sufrir gente, por obtener alguna riqueza. Es muy difícil saber hasta qué extremo lleva la codicia. Como la codicia hace miserables. Pienso que una de las cosas más importantes es darse cuenta quién es el invasor, no dejarse engañar, saber que el codicioso es capaz de vender a su madre o a su hija; es capaz, sí va a ponerle de mendigo, de cortarle la pierna, para que causes pena y pueda recolectar más dinero. O sea las atrocidades que hace la codicia son innombrables.

Por eso las frases de Russell Means son certeras, tiene que entenderse para no caer en la trampa de las “ayudas”; el que no entiende bien este tema, fácilmente cae en la trampa y se siente a esperar la ayuda. Por ejemplo, Evo Morales, parece que se ha dado cuenta de la trampa que le ha estado haciendo el gobierno chileno, dando cuerda larga, para eludir la devolución de las tierras y del mar usurpado a Bolivia.

La segunda cosa que va acompañado con lo que decía Russell Means, es que hay que ir sin miedo. Hay que ir a nuestros pueblos, a nuestras familias, a nuestras casas, y explicarles como han vivido nuestros antepasados, como han vivido bien. Como la tierra es tan generosa que da nos solamente de comer, nos da los refrescos más frescos, da los perfumes más olorosos, las alegrías más sublimes bonitas, las vistas más hermosas, las experiencias más bellas. Entonces esto hay que volverlo a enseñar a nuestros hermanos, a nuestros hijos, a caminar como decía el, sin miedo. Y mirar sin miedo es fijándose las metas en la meta. En el caso de Bolivia, la recuperación de las tierras y sus mares, decirlo sin miedo, no decir “a ver si al gobierno chileno se le quita la soberbia, y nos da, sí nos permite una salidita soberana, por allí por donde no le moleste”. No la meta es la meta, la invasión no da ni crea derechos a nadie, menos al invasor, la invasión es pillaje, robo, la actividad de la diosa codicia; es ello lo que hay que expulsar de nuestros países. Eso es lo que pienso es una de las cosas más importantes que hacer. Por eso hay que salir sin miedo y no hay que perder las esperanzas.





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